La historia es pendular, dicen los expertos en la materia. Partiendo de esta idea y notando ciertos movimientos en la política internacional y en las sociedades, hay tendencias que se vislumbran para el año que entra. Por estos días inician las predicciones de fin de año; sin embargo, este no es un artículo en ese sentido, sino una reflexión ante algunos sucesos de la política internacional que generan reacciones sociales y permiten apreciar posibles cambios. Me referiré a cuatro en particular:
¿Se acabó la fiesta para la izquierda latinoamericana? Los recientes triunfos de Lula en Brasil y Gustavo Petro en Colombia habían generado una ola de ilusión y aparente fortalecimiento de la izquierda política latinoamericana, quien terminaba un año victorioso. No obstante, la condena de Cristina Fernández en Argentina y el envío a prisión de Pedro Castillo tras su golpe de Estado fallido, son dos impactos para la estabilidad y continuidad de esta corriente política en la región. La actitud de complicidad de los gobiernos de México, Bolivia, Colombia y Argentina con Pedro Castillo, posterior al fallido intento por cerrar el Congreso de Perú, fue condenada por Human Rights Watch y está generando una tormenta diplomática. Al momento de escribir este artículo, el gobierno de la presidente Dina Boluarte llamó a consultas a sus embajadores en México, Argentina, Colombia y Bolivia “como expresión de molestia por una actitud que no se condice con el respeto mutuo”, como afirmó la Cancillería peruana. La celebración del bloque de gobiernos de izquierda duró poco. Hoy, muchos de ellos, incluido el colombiano, se encuentran en aprietos, al mantener simpatía con un político que intentó desconocer las instituciones democráticas de su país, mientras que otros Estados observan con preocupación cómo se sigue minando el sistema político liberal en el sur del continente americano apelando a la movilización popular cuando las normas son contrarias a los intereses de estos gobernantes. Observaremos si las reformas propuestas por algunos de estos presidentes son efectivas y generarán los resultados esperados en un año de desaceleración económica y altas expectativas de la sociedad por las promesas que estos mandatarios presentaron en sus campañas.
Hacia la reinvención de las redes sociales. La compra de Twitter por parte de Elon Musk se ha vuelto un tema de debate y análisis global. Según Musk, su intención de adquirir esta red social y limpiarla de cuentas falsas, bots y trolls; en sus palabras, es: “una forma de ayudar a la humanidad al generar un espacio común de debate de creencias sin la necesidad de acudir a la violencia”. La nueva administración de Twitter ha hecho denuncias de censura y ocultamiento de información por parte de los antiguos administradores de esta red social. También se ha denunciado que esta aplicación tenía parcialidad a favor de ideas progresistas y era contraria al discurso conservador. Si esto resulta ser cierto, se profundizará la desconfianza en las redes sociales, las cuales, según el Barómetro de confianza de Edelman (2022), son la fuente de información que más ha perdido credibilidad. Con esto en mente, podremos estar ante el surgimiento de nuevas redes sociales, donde los códigos de participación, difusión y verificación de información sean más estrictos y limitados de lo que conocemos hasta ahora, y también que la supuesta libertad de opinión de la que creíamos gozar con estos espacios digitales podría resultar ser una ficción.
Entre Trump y Biden. La probable campaña presidencial de Donald Trump y la intención del presidente Biden de buscar la reelección, envían un mensaje confuso frente a la representación política de la sociedad norteamericana contemporánea. Es irónico que, en medio de la explosión de movimientos sociales, mayor participación de los jóvenes en los asuntos públicos y protestas de minorías, la presidencia de este país se vaya a disputar nuevamente entre dos hombres mayores que ya han ocupado el cargo. ¿Dónde quedaron los nuevos liderazgos? La ironía de la polarización política es que parece reforzar el poder de liderazgos tradicionales y la dificultad por la renovación de lideres que puedan cohesionar. Veremos si los otros candidatos a este cargo pueden competir efectivamente por la nominación de ambos partidos y derrotar las aspiraciones de dos presidentes por seguir gobernando a los Estados Unidos.
¿Un nuevo aire del multilateralismo? Explicar el multilateralismo en el siglo XXI es complejo. Mientras las alertas frente al cambio climático abundan por parte de científicos, activistas y líderes sociales, el mundo, y en especial los más jóvenes, miran con asombro cómo las instituciones multilaterales son incapaces de generar consensos y acciones concretas y de impacto en torno a este asunto existencial. Al mismo tiempo que esto ocurre, la audiencia global observó a través de sus dispositivos móviles en vivo y en directo, cómo una potencia mundial invadía un país europeo.
Así como la guerra en Ucrania ha creado un nuevo referente de liderazgo con la figura del presidente Zelensky, también se ha demostrado la incapacidad de gobiernos y organismos internacionales de actuar contundentemente ante un acto de injusticia contra un país democrático. Si bien en Europa el multilateralismo vio un nuevo aire con una OTAN fortalecida en torno a la defensa de la democracia y los valores de Occidente, la capacidad de la ONU de incidir en este conflicto deja mucho que desear. Es necesario analizar la competencia de esta entidad para enfrentar los retos que se avecinan.
El otro frente en el que se sigue esperando resultados más rápidos y decisivos, es en la lucha contra el calentamiento global. Veremos si 2023 es un año en donde las Naciones Unidas y otras entidades puedan ofrecer respuestas reales ante la creciente temperatura global, o si será otro año de reuniones pomposas y discursos ricos en palabras y débiles en acciones.
Esperemos que el próximo año sea uno de esperanza en donde a pesar de la anticipada desaceleración económica, una guerra que continúa y un clima en ascenso, seamos testigos de avances tecnológicos que aceleren el desarrollo, también de la posibilidad de acuerdos entre países y que, así como se ha despertado una sensibilidad especial entre los más jóvenes por el cuidado del medio ambiente, ocurra lo mismo con la necesidad de proteger y ayudar los más vulnerables en la sociedad. También y recordando las palabras de Kennedy, preguntarnos qué podemos hacer nosotros por el mundo. Feliz Navidad y los mejores deseos para 2023.