Alejandro G. Motta Nicolicchia

La restauración de la democracia exigirá mantener la presión interior e internacional, para vencer la resistencia del sector chavista que estaría dispuesto a negociar.
El autoritarismo del régimen embarra las vías democráticas para su derrota. De la presión internacional no es plausible esperar demasiado. Pero el chavismo, en tanto sistema esencialmente corrupto, ha creado sus propias grietas.
Los votos no bastan, y la oposición, apoyada por países democráticos, debe presionar a fin de provocar una negociación para que Maduro abandone el poder.
Para muchos electores, el partido de López Obrador sigue representando lo nuevo y el cambio que desean, aunque en seis años de mandato haya logrado pocos avances.
La elección de María Corina Machado como candidata a la presidencia ha devuelto a los venezolanos la esperanza de que con el voto se puede reconquistar la democracia.
La Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo ha mostrado un retroceso de la polarización real, pese a la retórica extremista de algunos discursos.
El actual presidente del Perú no ha logrado dar estabilidad y ha acabado por tener a la mayoría de la gente en contra.
Biden da un respiro a Maduro al iniciar un acercamiento con intención de contener a Rusia en Latinoamérica y aliviar la crisis energética.