Las editoriales independientes, a contracorriente de las modas

Durante los días 30 de septiembre y 1 de octubre se ha celebrado en San Millán de la Cogolla (La Rioja) el I Encuentro de Editoriales Independientes, organizado por el área de Escritura Creativa del Campus Valle de la Lengua y la Universidad de La Rioja. Se trata, a mi juicio, de un Encuentro muy oportuno que ha servido para analizar la realidad actual del mercado editorial español, en el que las grandes editoriales absorben cada vez más cuotas de mercado, arrinconando la labor que realizan editoriales mucho más pequeñas que, sin embargo, gozan de gran prestigio entre los lectores más literarios.
“Nuestra responsabilidad –ha dicho en este Encuentro Manuel Borrás, editor de Pre-Textos– es saber distinguir el grano de la paja frente a la tendencia de adocenar al lector”. En el mundo editorial, asistimos a la dictadura de las editoriales más comerciales, que imponen a través de sus estrategias, que no son pocas, un tipo de libros que la mayoría de las veces se reducen en sus intenciones estéticas al mero entretenimiento al por mayor, lo cual no estaría mal si hubiera más variedad y calidad. No hay más que ver las listas de libros más vendidos o darse una vuelta por los escaparates de muchas librerías para ver que mayoritariamente se cultiva una literatura de carácter realista, sencilla en sus argumentos, cómoda en sus pretensiones, que se basa de manera preminente en la acción, en la intriga y en el suspense (de ahí la omnipresencia de la novela policiaca). Son excepciones los libros que buscan paladares literarios más refinados, lo que rebaja las posibilidades estéticas y existenciales de la literatura, que queda muchas veces encajonada en un género uniforme y en unos autores que se ajustan a modelos también muy clónicos. Las ventas imponen su tiranía y casi siempre se confunde la cantidad con la calidad, como pasa a menudo, por ejemplo, con los premios literarios más comerciales.
En este Encuentro de Editoriales Independientes se ha respirado otra visión de la literatura. Todos los editores que han participado son conscientes de que su aportación al mundo editorial actual pasa, como afirmó el editor de la editorial de poesía y teatro Uña Rota, Carlos Rod, por buscar una literatura “contracorriente de las modas” con el fin de construir una “editorial dependiente de lectores independientes” que no esté sometida exclusivamente a la servidumbre del mercado. Tres cuestiones se abordaron con profundidad en este Encuentro: el concepto de independencia aplicado a las editoriales, el equilibrio entre la rentabilidad y la calidad, y la importancia de que las editoriales cuenten con un buen catálogo, su genuina carta de presentación.
Hay que valorar y reconocer que el mercado editorial español es multiforme, amplio y variado. Es también una realidad que los grandes grupos editoriales, con mucha implantación internacional, son los que marcan el ritmo. Pero conviene destacar la higiénica y necesaria función que desde hace décadas están desempeñando editoriales medianas y pequeñas que van a la caza de otro tipo de libros, pues saben que hay una potente minoría lectora que no comparte los criterios estéticos ni literarios de las editoriales más comerciales, encasilladas en la búsqueda obsesiva de los best-sellers.
Estas editoriales independientes, con sus problemas de visibilidad en la crítica literaria y de distribución en las librerías y grandes superficies, aportan aire fresco y variedad a un panorama literario en ocasiones un tanto reiterativo. En su afán de añadir novedad, es cierto, a veces estas editoriales pueden publicar libros sin apenas interés y en ocasiones no tienen más remedio que conformarse con las sobras de lo que no publican las editoriales más conocidas. Pero el esfuerzo que realizan para ofrecer un punto de vista literario distinto merece la pena que sea reconocido porque, como ha destacado este Encuentro de editores independientes, demuestra que los criterios comerciales no son la única vara de medir de algunas editoriales.