Guillaume Canet

No era fácil adaptar este clásico de la literatura a la pantalla grande. Mark Osborne ha conseguido una versión muy inteligente.
El ascenso y la caída de Lance Armstrong, en una película que hace vivir al espectador el mundo del ciclismo.
Agradable película familiar, que rehace la original de 1962 situándola en la II Guerra Mundial, y así añade algunos temas para la reflexión.
Un caso de espionaje en plena Guerra Fría resulta en un buen ejemplo de cine político, pero realizado de tal forma que carece de emoción.