Brasil aspira a jugar en la liga de las grandes potencias, gracias a un crecimiento, hasta hace poco acelerado, que lo ha convertido en la séptima economía del mundo. Sin embargo, en términos de atención sanitaria y salud, la OMS ubica al país en el puesto 125.
Si las protestas que muy recientemente coparon las calles de Brasil asombraron a muchos –habituados a las buenas noticias de crecimiento económico procedentes de allí–, tal vez la sorpresa iría a más al saber que la indignación popular tenía la sanidad pública como primer motivo de protesta. Así dice el 48% de los encuestados en un sondeo nacional citado por The New York Times. Sigue, muy de lejos (apenas con un 13%), la educación.
La presidenta Dilma Roussef ha venido tomando nota, …
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