Contrapunto
El primer encuentro organizado en La Habana entre ministros del gobierno castrista y personalidades moderadas del exilio cubano, ha terminado con resultados verdaderamente «moderados». El más novedoso es que los cubanos que hayan abandonado legalmente el país no deberán esperar cinco años para visitar la isla, y ya no tendrán que hospedarse en hoteles reservados a turistas. Como es habitual en la fase «fin de reino» de los regímenes comunistas, el poder concede despacio y con mil prevenciones libertades que están a mitad de camino de lo que es un derecho en cualquier país normal. Por eso cada nueva «apertura» sólo sirve para sentir más vivamente lo que aún se niega.
A los exiliados se les ha propuesto también colaborar en una revista sobre los problemas de la emigración. Interesantes reportajes podrían escribir allí los balseros que, con riesgo de su vida, siguen huyendo de Cuba en embarcaciones improvisadas, hacia Florida, las islas del Caribe o México. Pero lo que escribieran no iba a agradar mucho a Fidel.
Ignacio Aréchaga
