Un año atrás, cuando Barack Obama y Raúl Castro anunciaron el comienzo del deshielo entre EE.UU. y Cuba, las expectativas de que se verificara un despegue económico de la Isla y, por consecuencia, una mejoría del nivel de vida de sus pobladores, tuvieron buen eco mediático. Pero para reflotar la economía se necesitan cerebros y brazos, y son los que, como en torrente, se están marchando hacia EE.UU.
Para frenar el éxodo de personal sanitario, Cuba ha restablecido el “permiso de salida” en ese sector
Una de las causas de que se haya incrementado ese flujo es el temor de que, a medida que los antiguos enemigos estrechen relaciones, desaparezca una ley estadounidense de 1966 –la Cuban Adjustment Act, o Ley de Ajuste Cubano–, en virtud de la c…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.