Las noticias procedentes de Venezuela vienen pareciéndose mucho entre sí desde hace algunos años, al punto de suscitar en el espectador una suerte de déjà vu y la pregunta de si tal o más cual libertad ahora confiscada no lo había sido dos o tres años atrás. O de si una bronca entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición parlamentaria –los partidos integrados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)– es la misma de hace unos meses u otra por razones distintas. O de quiénes son los “verdaderos demócratas” y quiénes los “ruines golpistas”. De equilibrio y mesura, poco. Agotador.
La última movida de Miraflores: intentar apagar el interruptor de los poderes de la Asamblea Nacional, vía Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), ha sido una ch…
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