“Venezuela está peor que Cuba”, lamentaba días atrás una parlamentaria de la oposición venezolana en Washington. Y los cubanos, que estamos hechos a la opinable idea de que, salvo Haití, no hay país americano en situación más calamitosa que el nuestro, estamos por darle la razón.
La situación económica venezolana ha venido a parecerse a la que atravesó Cuba en la década de los 90, en lo más duro del llamado “período especial”. Las largas colas para conseguir productos de primera necesidad, los cortes de electricidad y las dificultades con el suministro de agua, despiertan en la memoria del cubano imágenes de las que, parafraseando a Cervantes, “no quisiéramos acordarnos”.
Ambos países, además, han debido sus crisis en gran medida a la exce…
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