La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, presenta su nuevo gobierno el pasado 15 de diciembre (CC: Kefr4000)
Imaginemos un país en el que el bloque de partidos de izquierda gana las elecciones generales. Al Partido Socialdemócrata, la primera formación de ese bloque y que ha estado gobernando en la anterior legislatura, le basta con unirse a los partidos que están a su izquierda para mantener el gobierno en los próximos cuatro años.
Pero no. La primera ministra en funciones, Mette Frederiksen, decide intentar, y consigue, una coalición de gobierno con el Partido Liberal, que debería haber sido el principal partido de la oposición en “condiciones normales”, y con el Partido Moderado, una escisión de los liberales, creado e…
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