Contrapunto
La discriminación que más habitualmente experimentan los ciudadanos de la Unión Europea es en razón de la edad. Así lo revela un eurobarómetro (encuesta realizada entre 16.000 europeos de más de 15 años) encargado por la Comisión Europea para lanzar una campaña de lucha contra la discriminación.
Un número relativamente reducido de entrevistados afirma haber sido personalmente víctima de discriminación por uno de los seis motivos analizados: el motivo más citado es la edad (5%), seguido de la raza o el origen étnico (3%), la religión o las convicciones (2%), un handicap físico (2%), una enfermedad mental (2%), y la orientación sexual (1%). Las razones de discriminación se referían a cuatro aspectos claves de la vida socioeconómica: discriminación en el trabajo, en la enseñanza, en la búsqueda de vivienda y en el acceso a diversos servicios.
Resulta llamativo que la discriminación más sentida -por razón de edad- no es precisamente de la que más se habla. Los ciudadanos que más la sufren son los que tienen entre 45 y 65 años, expuestos a encontrar más dificultades de empleo y a sufrir el tajo de la prejubilación, y los menores de 24 años, cuya tasa de paro duplica a la tasa de paro general. Resultan así doblemente discriminados: por razón de la edad y por la marginación informativa.
En cambio, la discriminación por la orientación sexual, de la que se habla continuamente como si fuera la madre de todas las discriminaciones, solo es experimentada en estos campos por el 1%. Lo cual puede querer indicar dos cosas: o que los homosexuales están muy poco discriminados o que solo son el 1% de la población, y no esos otros porcentajes fantasiosos que a menudo se dan. Pero si se lucha contra la discriminación por edad, por raza, etc., también ellos saldrán beneficiados como todos.
Juan Domínguez