Los tres partidos aliados en el gobierno de Japón han acordado permitir la creación de sociedades holdings, un modelo empresarial que estaba prohibido desde el final de la segunda guerra mundial. La reforma mantendrá, no obstante, límites de tamaño para estas empresas.
La nueva ley anti-monopolio entraría en vigor en enero de 1998. Desde entonces las nuevas sociedades holdings que se formen con un capital inferior a los 300.000 millones de yenes (2.400 millones de dólares) no estarán obligadas a hacer una declaración previa. En cambio, aquellas cuya capitalización supere los 15 billones de yenes (122.000 millones de dólares) tendrán más controles. Así se impide la formación de los conglomerados (zaibatsu) de la preguerra: la ocupación norteamericana desmanteló en 1947 los cuatro mayores zaibatsu, que manejaban más de la mitad de los recursos financieros del país.
Coinciden la mayoría de los economistas en que hacía falta una liberalización de este estilo: más dinamismo para el sistema productivo y la posibilidad de seccionar grandes unidades poco eficaces en otras más pequeñas integradas en un holding.
El acuerdo cuenta con el apoyo de la patronal encargada de las relaciones laborales dentro de las empresas y con el del principal sindicato, Rengo, aunque ambos pretenden aún negociar algunas modificaciones legales.