Frontispicio del Tribunal Supremo de EE.UU. (CC Matt Wade)
Pocas cosas podían agitar tanto las elecciones presidenciales de Estados Unidos como una vacante en el Tribunal Supremo. Sobre todo, si quien deja el puesto es una magistrada conocida por su militancia progresista, y si quien debe designar a su sustituta ha presentado el nombramiento de jueces conservadores como una de sus grandes bazas.
Varias circunstancias hacen especial la vacante de la juez Ruth Bader Ginsburg (RBG), fallecida el viernes a los 87 años. En primer lugar, está el nuevo equilibrio de fuerzas del Tribunal. Más allá del choque “progresistas” vs. “conservadores”, importa el duelo entre dos visiones rivales de la Constitución, del que dependen cuestiones muy d…
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