Unos 35 sacerdotes de la Iglesia de Inglaterra han sido recibidos en la Iglesia Católica desde que, en noviembre del año pasado, el Sínodo anglicano aprobase la ordenación de mujeres, según el diario The Times (8-X-93).
Según ha declarado un vicario anglicano, la decisión de permitir la ordenación femenina ha provocado además la conversión al catolicismo de varios cientos de laicos y se espera que antes de la próxima Semana Santa, cuando se celebre la primera ordenación de una mujer, unos 250 sacerdotes más pasen a la Iglesia católica.
Respecto a las funciones que deben asumir los sacerdotes casados convertidos, los obispos católicos todavía tienen que decidir. De momento, un buen grupo de sacerdotes trabajan ya como capellanes en hospitales y otros lugares. Se está estudiando la posibilidad de asignarles parroquias, puesto que algunos de los sacerdotes convertidos han atraído a una parte importante de sus feligreses.
Los obispos católicos han de encontrar el modo adecuado de acoger a los sacerdotes casados provenientes del anglicanismo. El obispo de East Anglia, Mons. Alan Clark, quiere que puedan ser párrocos sin dilación, según el diario londinense. Otros obispos consideran necesario un periodo de 2 años de catequesis para los laicos convertidos y cinco años de preparación para los clérigos.
La noticia de las conversiones llega en un momento en que la Iglesia anglicana está bajo la presión del Movimiento para la Ordenación de Mujeres. Este grupo pide que no se pueda ordenar ningún sacerdote anglicano si no reconoce como válido el sacerdocio femenino. Esta exigencia podría estropear los planes del Sínodo anglicano, que pretende discutir en su próxima reunión general, dentro de un mes, una disposición que asigna a «obispos visitantes» el cuidado pastoral de sacerdotes que se oponen a la ordenación de mujeres pero que no desean abandonar la Iglesia de Inglaterra (ver servicio 27/93).