Benedicto XVI hizo también una alusión a la causa de beatificación de Pío XII, al decir que “rezamos para que prosiga positivamente la causa de beatificación del siervo de Dios Pío XII”.
Benedicto XVI rindió homenaje a la figura de Pío XII durante la misa celebrada con los cardenales el día 9, en el 50 aniversario de la muerte del Papa Pacelli. Frente a quienes intentan reducir el pontificado de Pío XII a la polémica sobre su actitud ante el Holocausto judío, Benedicto XVI aprovechó la ocasión para recordar otros aspectos de su vida y de su magisterio.
Benedicto XVI hizo también una alusión a la causa de beatificación de Pío XII, al decir que “rezamos para que prosiga positivamente la causa de beatificación del siervo de Dios Pío XII”.
“En Alemania, donde fue nuncio apostólico hasta 1929, dejó tras de sí un grato recuerdo -dijo el Papa-, sobre todo por haber colaborado con Benedicto XV en el intento de parar la ‘matanza inútil’ de la I Guerra Mundial y por percatarse desde sus orígenes del peligro de la monstruosa ideología nacionalsocialista, con su perniciosa raíz antisemita y anticatólica”.
“Creado cardenal en 1929, poco después pasó a ser secretario de Estado y durante nueve años fue colaborador fiel de Pío XI en una época caracterizada por los totalitarismos: fascista, nazi y comunista soviético, condenados respectivamente en las encíclicas Non abbiamo bisogno, Mit brennender Sorge y Divini Redemptoris”.
Refiriéndose a algunos documentos importantes del magisterio de Pío XII, Benedicto XVI recordó la encíclica Mystici Corporis (1943) sobre la Iglesia; subrayó también la importancia de la encíclica Divino afflante Spiritu (1943), sobre el estudio de la Sagrada Escritura, y de la encíclica Mediator Dei (1947), centrada en la liturgia.
Tras poner de relieve el impulso notable que Pío XII imprimió a la actividad misionera de la Iglesia, el Papa resaltó que “una de sus constantes preocupaciones pastorales fue la promoción del papel de los laicos, para que la comunidad eclesial pudiese usar todas las energías y recursos disponibles”.
Por lo que se refiere a las cuestiones más debatidas de su pontificado, Benedicto XVI elogió el esfuerzo de Pío XII para salvar del Holocausto a más de medio millón de judíos durante la II Guerra Mundial.
En esta línea, recordó el radiomensaje navideño de 1942 en el que el Papa Pacelli denunciaba el crimen contra “cientos de miles de personas que, sin ninguna culpa y sólo por razones de nacionalidad o de estirpe, son destinadas a la muerte o a una progresiva aniquilación”.
Según el Papa, Pío XII “actuó a menudo de forma secreta y silenciosa porque, a la luz de las circunstancias de aquel complejo momento histórico, intuyó que sólo así podría evitar lo peor y salvar el mayor número de judíos”.
Benedicto XVI recordó, entre los agradecimientos a Pío XII, el de la entonces ministra de Exteriores de Israel, Golda Meier, a raíz de su fallecimiento el 9 de octubre de 1958: “Cuando el martirio más espantoso golpeaba nuestro pueblo durante los diez años de terror nazi, la voz del Pontífice se elevó a favor de las víctimas. Lloramos la pérdida de un gran servidor de la paz”.
Benedicto XVI terminó recordando que durante el Año Santo de 1950 proclamó el dogma de la Asunción de la Virgen: “En este mundo nuestro, que como entonces está asediado por preocupaciones y angustias por su futuro, en este mundo, donde quizá más que antes, el alejamiento de muchos de la verdad y de la virtud deja entrever escenarios sin esperanza, Pío XII nos invita a dirigir la mirada a María asunta en la gloria celestial”.