Pakistán
Que se abrogue la ley de blasfemia en Pakistán, que prevé incluso la condena a muerte para quien insulte al profeta Mahoma, es la petición presentada a las Naciones Unidas por instituciones católicas (franciscanos, dominicos y Pax Christi International). El P. Philippe LeBlanc ha explicado a la Subcomisión de la ONU para la protección de los derechos humanos que muchos denunciados por blasfemia (en su mayoría cristianos o hindúes) son asesinados antes de ser sometidos al proceso y, quienes logran evitar la pena de muerte, se ven obligados a exiliarse por miedo a venganzas de extremistas islámicos. Al basarse la denuncia en simples declaraciones, favorece el uso de la ley como medio de venganza personal. Los peticionarios reclaman, por tanto, que el gobierno pakistaní elimine todas las leyes discriminatorias, y que ratifique y respete los tratados internacionales sobre derechos humanos. En abril de 2000 el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, anunció modificaciones en la ley, pero las enmiendas fueron retiradas a causa de la presión de predicadores islámicos (ver servicio 49/02).