La misma fe de los Apóstoles, los mismos sacramentos: así resumió Benedicto XVI, en la fiesta de S. Pedro y S. Pablo, lo que une a católicos y ortodoxos, al recibir a una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.
«Estamos unidos en la sucesión apostólica, estamos profundamente unidos unos a otros por el ministerio episcopal y por el sacramento del sacerdocio, y confesamos juntos la fe de los Apóstoles como nos la presenta la Escritura y como ha sido interpretada en los grandes Concilios», afirmó el Papa en la misa solemne de la festividad, en la que, como es habitual, estuvo presente una delegación ortodoxa. Lo que separa a las Iglesias católica y ortodoxa, señaló Benedicto XVI, es la «interpretación y alcance» que cada una da al primado del obispo de Roma. Antes de rezar el Angelus, el Papa subrayó la «irrenunciabilidad» del «ministerio petrino», que existe desde los tiempos del martirio de los santos Pedro y Pablo, cuando los cristianos no se encontraban divididos.
El «ministerio petrino es expresión de nuestra comunión», que tiene en él su «garantía visible», dijo el Papa durante la misa. «El servicio petrino está vinculado tanto a la unidad como a la apostolicidad, reúne visiblemente a la Iglesia de todas partes y de todos los tiempos, evitando para cada uno de nosotros que nos deslicemos hacia falsas autonomías, que demasiado fácilmente se transforman en particularizaciones internas de la Iglesia y que pueden comprometer de esa forma su independencia».
Tras recordar que «el sentido de todas las funciones y ministerios es que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios», Benedicto XVI se dirigió a la delegación enviada por el Patriarca Bartolomé I, subrayando la comunidad en la fe, en los sacramentos y en la sucesión apostólica de ambas Iglesias. «En esta hora del mundo llena de escepticismo y de dudas, pero también rica en deseos de Dios, reconozcamos nuevamente nuestra misión de dar conjuntamente testimonio de Cristo Señor, y sobre la base de esa unidad que ya se nos ha dado, ayudemos a que el mundo crea».
En el Angelus, el Papa afirmó que «el primado de la Iglesia que está en Roma y de su obispo es un primado de servicio a la comunión católica. A partir del doble suceso del martirio de Pedro y Pablo, todas las Iglesias comenzaron a mirar a la de Roma como punto de referencia central para la unidad doctrinal y pastoral». Citando al Concilio Vaticano II, recordó que «en la comunión eclesiástica se encuentran legítimamente las Iglesias particulares, con sus propias tradiciones, y permanece íntegro el primado de la Cátedra de Pedro, que preside en la comunión universal de la caridad, tutela la variedad legítima y vela para que lo particular no sólo no perjudique la unidad, sino que la sirva».
Santiago Mata