El martes 18 de octubre, Mons. Pablo He Zeqing fue ordenado como obispo auxiliar de Wanxian (Sichuan, China central), en presencia de 81 sacerdotes y miles de fieles. Antes de la ceremonia, el obispo de Wanxian, Mons. José Xu Zhixuan, comunicó a algunos sacerdotes y religiosas que la Santa Sede había aprobado esta ordenación, según la agencia Asianews.
Mons. He es el tercer obispo ordenado en 2005 siguiendo lo que parece ser una política acordada entre China y el Vaticano: la Santa Sede elige al candidato y el gobierno chino avala la elección. Los anteriores obispos ordenados fueron José Xing Wenzhi, en Shanghai, y Antonio Dang Mingyan en Xian.
En China el gobierno permite la práctica religiosa sólo con personal reconocido y en lugares registrados ante la Oficina de Asuntos Religiosos y bajo el control de la Asociación Patriótica de católicos Chinos (APCC). De ahí la diferencia que afirman entre una Iglesia «oficial» y los fieles que tratan de salirse del citado control para ponerse en obediencia directa del Papa formando la Iglesia «clandestina». Según Asianews, un acuerdo entre la Santa Sede y el gobierno sobre el nombramiento de obispos es una amenaza para el control que la APCC ejerce sobre la Iglesia «oficial», que se pretende nacional y autónoma respecto a Roma.
Precisamente a Sichuan -la provincia donde se ha ordenado el último obispo- se acercó recientemente Liu Bainian, vicepresidente de la APCC, para recordar al clero que debe lealtad a China, no al Vaticano, en particular cuando se trata de la elección de los candidatos al episcopado, para la cual reafirmaba el método «democrático». Según Asianews, «el clero y los obispos de la zona no han dado ninguna acogida a las presiones de Liu. En la Iglesia oficial cada vez está más claro que las ordenaciones episcopales, como sacramento, forman parte de un elemento religioso y espiritual que no puede ser sometido al poder político ni a la APCC».
Santiago Mata