Cómo viven el islam los marroquíes

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Tres destacados profesores de Historia, Antropología y Ciencias Políticas, de la Universidad Hasán II de Casablanca1, han tenido la interesante iniciativa de sondear -por primera vez- el comportamiento religioso, político, cultural y social de los marroquíes, a través de una amplia encuesta pensada para repetirla periódicamente. El resultado arroja algunos datos que pueden sorprender a quienes piensan que vivir el islam en una tierra islámica apenas ofrece contrastes de pareceres sobre la forma de entender las reglas supuestamente estrictas del Corán y de los “hádices” del profeta Mahoma.

En efecto, los marroquíes, que siguen la tolerante escuela “melquita” mezclada con ancestrales tradiciones bereberes, frente a la rigidez del “wahabismo” saudita, creen mucho más en el “mal de ojo” (9 de cada 10), los sortilegios, la magia negra o los “genios” demoníacos -los “yenun”- que en la propia letra del Corán.

Pero lo que más llama la atención es el contraste que aparece entre las prácticas ortodoxas de las reglas coránicas y las costumbres de la vida cotidiana. Así, por ejemplo, si bien el 87% de los encuestados tienen en casa un ejemplar del Corán, tan solo el 5,6% confiesa que lo lee diariamente mientras el 58,9% no lo han leído jamás. Para la tercera parte de los marroquíes, su única fuente de información religiosa son los programas de televisión -la propia y la de cadenas orientales bien conocidas por su radicalismo- y muchos menos (un 24,7%) se informan a través de los imanes de las mezquitas. Ni siquiera en el seno de la familia -donde, sin embargo, se practica la oración ritual- se lleva a cabo una transmisión oral del conocimiento religioso, que solo alcanza un 11,4 %…

Pese a la reciente reforma del Código de Familia que casi proscribe la poligamia, el 44% de la población es favorable a ella, aunque es menos aceptada (37%) entre los jóvenes de 18-24 años. Curiosamente, la aceptación es mayor entre las categorías más escolarizadas de la población.

En temas de costumbres, el 87% de las mujeres rechazan el aborto por razones religiosas aunque admitan la “píldora”; hay un rechazo de la mezcla de sexos en las playas; y la inmensa mayoría (83%) aprueban el llamado “velo islámico” (“hiyab”).

La política y la religión

En contra de la creencia generalizada sobre el carácter inseparable del islam y la política, tan solo un 28,9% de los marroquíes, habituados desde la independencia al pluripartidismo que ofrece una apariencia democrática, cree que la religión puede orientar la vida política, mientras el 26,3% piensa que la religión solo debe guiar la vida personal. Lo cual deja un elevado porcentaje, un 44,8%, que no tiene opinión al respecto. Más curioso aún resulta observar que, en el marco de este capítulo, una cuarta parte cree que la religión puede convertirse en un peligro cuando se mezcla con la política, mientras un porcentaje similar cree lo contrario.

Como contraste, una mayoría del 41,5% considera que los políticos no deben intervenir en asuntos religiosos mientras el 18,1% piensa lo contrario. A su vez, un 35,4% tampoco cree que los especialistas en religión, es decir los “ulemas”, predicadores, etc., deban ocuparse de la política, frente a un 25,2% que cree lo contrario.

La divergencia de pareceres se acentúa cuando son preguntados por los partidos políticos: un 47,6% rechaza que sean confesionales y tan solo un 10,3% admite esta faceta. Este dato viene a confirmar la frustración del Partido de Justicia y Desarrollo, considerado como islamista moderado, que en las recientes elecciones legislativas quedó relegado a un segundo puesto cuando todos los analistas lo daban por triunfador, sin que su paso a la oposición haya provocado protesta alguna…

Una minoría bastante significativa, el 17,6 %, respalda los movimientos “yihadistas”, es decir el terrorismo islamista.

La convivencia con otras religiones

Uno de los aspectos más llamativos de la encuesta se refiere al valor que dan los marroquíes a la convivencia con practicantes de otras religiones, teniendo en cuenta la tradicional existencia de una minoría judía de nacionalidad marroquí y una presencia de cristianos de distintas nacionalidades que residen habitualmente en las principales ciudades. Este aspecto ha sido abordado por los investigadores desde varios aspectos. Al ser preguntados si se sienten más próximos a un musulmán afgano que a un cristiano palestino o un judío marroquí, la inmensa mayoría de marroquíes se inclina por el primero… Observamos en este contexto que los investigadores no se han planteado ninguna pregunta sobre el grado de conocimiento de los marroquíes sobre las religiones cristiana o judía.

En otro sentido, y teniendo en cuenta que jurídicamente la nacionalidad marroquí tiene un carácter laico, el estudio revela que el 41% de las respuestas es favorable a la idea de que Marruecos sea una nación compuesta por musulmanes, judíos y cristianos. Se admite con más dificultad la coexistencia entre creyentes y no creyentes. Se rechaza la posibilidad de excomulgar (“tafkir”) a quien no practica, pero un rotundo 75% no acepta la idea de que un musulmán cambie de religión.

Otros datos que reflejan la diversidad de pareceres de los marroquíes en su vivencia diaria del islam son, por ejemplo, la creencia mayoritaria (60%) de que no puede ser buen musulmán quien no observe el ayuno de Ramadán, al que se concede más importancia que a la práctica de la oración.

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(1) Mohamed El Aidi, Hasan Rachik y Mohamed Tosí. L’islam au quotidien (Editions Prologues). La encuesta se hizo con una muestra de 1.156 marroquíes de seis regiones del país, que respondieron a un cuestionario detallado de 150 preguntas. Los datos han sido presentados en el semanario TelQuel.

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