Continúa el conflicto entre Conferencia Episcopal alemana y Santa Sede por el “camino sinodal”

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Berlín.— El tira y afloja entre la Conferencia Episcopal alemana (DBK) y el Vaticano en relación con el camino sinodal prosigue con nuevos episodios. Después de la advertencia del Papa a finales de junio, la Congregación para los Obispos ha escrito una carta en la que pone serios reparos al proyecto.

En su Carta al Pueblo de Dios que peregrina en Alemania, el Pontífice recordaba que las decisiones del camino sinodal han de estar en consonancia con la Iglesia universal y en particular con las decisiones del Concilio Vaticano II, y subrayaba la prioridad de la oración frente las reformas estructurales. La mayoría en la Asamblea de la DBK y del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK), sorprendentemente la interpretó como una confirmación del camino emprendido, a pesar de que algunos obispos subrayaron que, tras la Carta del Santo Padre, había que replantearse todo el proceso.

“No comprendo por qué se hayan de sustraer a todo debate cuestiones sobre las que el magisterio ha tomado resoluciones” (Card. Marx)

Una vez recibidas las actas de las últimas reuniones del Consejo Permanente de la DBK –en las que se fijan las reglas para el camino sinodal– en la Congregación para los Obispos, su prefecto, el Card. Marc Ouellet, se ha visto obligado a dirigir una carta al presidente de la DBK, Card. Reinhard Marx, para recordar a los obispos alemanes las palabras del Papa en su carta.

¿Concilio disfrazado?

El Card. Ouellet adjunta un informe de cuatro páginas del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, en el que se dice literalmente: “Es obvio que estos temas [los propuestos por el camino sinodal: “poder, participación y división de poderes”, “moral sexual”, “forma de vida sacerdotal” y “mujeres en servicios y cargos de la Iglesia”] afectan no solo a la Iglesia en Alemania, sino a la Iglesia universal, por lo que esos temas –con pocas excepciones– no pueden ser objeto de resoluciones y decisiones de una Iglesia particular, sin contravenir la estimación del Santo Padre expresada en su carta a los católicos en Alemania del 29 de junio de este año”. Y añade una pregunta retórica: “¿Cómo puede tomar una Iglesia particular decisiones vinculantes si los temas tratados afectan a la Iglesia universal?”.

El informe, firmado por el presidente del Consejo, el arzobispo Filippo Iannone, así como por el secretario y el subsecretario, recuerda las disposiciones canónicas para celebrar un concilio particular: “En relación con el estatuto provisional, de los artículos de su borrador se desprende que la Conferencia Episcopal tiene previsto convocar un Concilio particular, sin emplear sin embargo ese concepto”; para ello, la DBK debería seguir el procedimiento previsto por el Código de Derecho Canónico. “La Conferencia Episcopal no puede dar a las resoluciones eficacia legal, pues esta se encuentra fuera de su competencia”. En otras palabras: un camino sinodal en Alemania no puede modificar la doctrina ni la disciplina de la Iglesia.

Además, Mons. Iannone critica que en la dirección del camino sinodal haya paridad entre la DBK y el ZdK: “Envían el mismo número de participantes; se dividen la dirección a partes iguales y disponen del mismo voto en la toma de decisiones, etc. Esta paridad entre obispos y laicos no puede tener consistencia canónica”. Que todos los fieles asuman responsabilidad en la Iglesia “no significa que la Iglesia tenga una estructura democrática y las decisiones se tomen por mayoría de los fieles”, pues la sinodalidad que frecuentemente propone el Papa Francisco “no es sinónimo de democracia o decisiones por mayoría”.

Marx replica

Las reacciones no se hicieron esperar. El Card. Marx ha declarado que habría sido mejor si el Vaticano, antes de enviar ese informe, hubiera buscado el diálogo, pues el informe se refiere “a una versión desfasada de los estatutos para el camino sinodal; en la versión actual no se tienen en cuenta algunos de los pasajes criticados”; pero no precisa qué otros se han mantenido.

En una carta al Card. Ouellet, cuyos extractos publica en exclusiva el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, Marx niega que los obispos alemanes quieran convocar de hecho un sínodo o concilio particular, sin denominarlo así. Antes bien, los obispos –continúa Marx– eligieron conscientemente una forma a la que no afecta el Derecho Canónico: el camino sinodal es un proceso sui generis, por lo que los estatutos no han de verse “con las gafas de los instrumentos de Derecho Canónico”. Y añade: “Esperamos que los resultados de una formación de opinión en nuestro país también pueda servir de ayuda a la Iglesia universal y a otras Conferencias Episcopales. De todos modos, no comprendo por qué se hayan de sustraer a todo debate cuestiones sobre las que el magisterio ha tomado resoluciones, tal y como sugiere su carta”.

En cualquier caso, la DBK ha anunciado que el Card. Marx viajaría a Roma “para mantener conversaciones y disipar malentendidos”.

No abandonar el “perfil católico”

En la prensa de Alemania se expresa indignación por la “intromisión vaticana”. Comentando las respuestas del Card. Marx al prefecto de la Congregación para los Obispos, Daniel Deckers afirma en Frankfurter Allgemeine Zeitung que Marx “ha puesto en su sitio al cardenal romano”. Más allá va Matthias Drobinski en Süddeutsche Zeitung: “Los obispos alemanes no deben seguir las indicaciones de Roma”. Allí dice: “Quien todavía busca una prueba de que el clericalismo autoritario goza de buena salud en la Iglesia católica, aquí lo tiene: es la carta con la que el cardenal de la curia y jefe de la Congregación para los Obispos, Marc Ouellet, explica a sus hermanos en la fe, del modo más desapacible posible: si tenéis algo que debatir sobre el futuro de vuestra Iglesia, no creáis que podéis decidir algo de importancia. Basta. Si los obispos y los católicos laicos alemanes siguen esa indicación de Roma, el camino sinodal ha muerto ya antes de comenzar”.

“¿Cómo puede tomar una Iglesia particular decisiones vinculantes si los temas tratados afectan a la Iglesia universal?” (Card. Ouellet)

Algo similar concluye el experto en Derecho Canónico Thomas Schüller: “Después de esta carta, el proceso sinodal no puede continuarse como se había previsto”. Así lo han visto también, por su parte, el Card. Rainer Woelki, de Colonia, y el obispo Rudolf Voderholzer, de Augsburgo, quienes en agosto presentaron una alternativa al camino sinodal; no lo critican completamente, pero sí su “forma concreta”, pues significaría “abandonar el perfil católico y renunciar a elementos importantes”. Según Mons. Voderholzer, “este borrador se corresponde con lo que la Iglesia entiende por reforma y se sujeta a las normas indicadas por el Papa Francisco”, además de tener en cuenta todos los puntos criticados por el Card. Ouellet. Sin embargo, el Consejo Permanente de la DBK rechazó ese borrador por 21 votos en contra, 3 a favor y 3 abstenciones.

Ante este trasfondo, se espera que se trate el camino sinodal en la asamblea plenaria de otoño de la DBK, que se celebrará del 23 al 26 de septiembre en Fulda, donde el Card. Marx informará sobre las conversaciones que para entonces habrá mantenido en el Vaticano.

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