¿Tiene alguna influencia la educación religiosa en la salud y el desempeño de los menores? Un nuevo estudio, publicado por la Harvard’s Chan School of Public Health, ha hallado que sí, y no solo para el bienestar de los pequeños en tiempo real, sino de cara a su futuro.
El Dr. Tyler J. VanderWeele, autor del estudio, explica en MercatorNet que su equipo hizo un seguimiento de la vida de 5.000 adolescentes durante más de ocho años, y pudo comprobar que los criados en un ambiente religioso o espiritual se mostraban mejor protegidos contra los tres grandes peligros que acechan a esa edad.
Según apunta, los que asistían regularmente a actos de culto tenían un 12% menos de probabilidades de sufrir síntomas depresivos, un 33% menos de utilizar drogas ilícitas y un 40% menos de terminar contagiados por una infección de transmisión sexual, algo en lo que puede incidir que es un 30% menos probable que se inicien prematuramente en el sexo.
Además de esto, precisa, la educación religiosa contribuye a obtener varios resultados positivos, como una mayor satisfacción (18% más que quienes no recibieron ese background), mayor disponibilidad para el voluntariado comunitario (38%), un mayor sentido de tener ideales y objetivos (47%), y una alta disposición a perdonar (87%).
“¿Qué implicaciones tiene esta investigación? Aquí probablemente se necesite algún matiz adicional. Las personas, por lo general, no toman decisiones sobre su compromiso religioso a partir de consideraciones de salud, sino de creencias, valores, verdades, relaciones, experiencias, etc. Sin embargo, en el caso de padres e hijos que ya tienen creencias religiosas, es razonable fomentar tales prácticas religiosas y espirituales, tanto por sí mismas como en beneficio de la salud y el bienestar”.