Por inercia, muchos siguen adscribiendo el catolicismo al bando de la reacción. Pero ahora que las ya viejas vanguardias se han institucionalizado y el libertinismo se ha hecho burgués, ser católico es una forma de anticonformismo y transgresión. Lo subraya George Weigel en su último libro, Evangelical Catholicism (1), donde examina las exigencias que se plantean a la Iglesia en la posmodernidad y propone un programa de renovación.
Weigel presenta aquí algunos temas ya tratados en libros anteriores, como El coraje de ser católico y Política sin Dios, pero esta vez la perspectiva es mucho más amplia. Se nota además que es autor de la mejor biografía de Juan Pablo II, representante egregio y gran impulsor del “catolicismo evangélico”. También…
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