El 7 de octubre, fiesta de la Virgen del Rosario, se colocó en Qatar la primera piedra de una iglesia católica, dedicada a esa advocación mariana. La construcción del templo fue acordada al establecerse relaciones diplomáticas entre este emirato y la Santa Sede en 2003. Este es el principal signo a favor de los derechos de los cristianos en Arabia, junto con la futura inauguración de una nunciatura en Kuwait (ver servicio 67/04).
Qatar fue protectorado británico hasta su independencia en 1971, y está situado en una península del Golfo Pérsico, fronteriza con Arabia Saudita, cerca de los Emiratos Árabes Unidos, con los que no tiene frontera. Tiene casi 800.000 habitantes y se calcula que 60.000 son católicos, trabajadores inmigrantes procedentes sobre todo de Filipinas y la India. La parroquia recién erigida tiene un censo de «sólo» 48.000 fieles (que, con todo, suponen el 6% de la población del país). En Qatar la religión oficial es el islam.
El jeque Hamad Bin Califa Al-Thani, emir de Qatar desde 1995, ha cedido los terrenos para la construcción de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, e igualmente terrenos para que construyan iglesias otras confesiones cristianas (anglicanos, coptos, ortodoxos y protestantes). En Qatar existe una misión católica desde 1956. La iglesia que ahora se edifica será la primera construida en Arabia desde la aparición del Islam en el siglo VII. Mientras no se inaugure la futura nunciatura en Kuwait, la representación diplomática de la Santa Sede en toda Arabia -y la responsabilidad pastoral sobre los católicos- corresponde al vicario apostólico, Mons. Bernardo Gremoli. El vicariato fue erigido en Yemen en 1888 y actualmente tiene su sede en Abu Dhabi, capital de los EAU.