En su encuentro del lunes 25 de septiembre en Castelgandolfo con los embajadores de países islámicos, Benedicto XVI quiso recordar la posición de la Iglesia en el diálogo entre cristianos y musulmanes. Para ello, hizo un repaso de algunos de los pronunciamientos más significativos que al respecto ha hecho la Santa Sede en los últimos cuarenta años, desde el Concilio Vaticano II hasta sus propios textos.
Las afirmaciones que sobre el diálogo entre cristianos y musulmanes contiene la declaración «Nostra aetate» del Concilio Vaticano II fueron el telón de fondo de su discurso. Se apoyó en las palabras que ha dirigido a los representantes de las comunidades musulmanas desde que es Papa, para mostrar su interés por tender puentes en el diálogo interreligioso, que es «una necesidad vital, de la cual depende en gran parte nuestro futuro».
Benedicto XVI aludió al esfuerzo de diálogo de su predecesor para proponer que las buenas relaciones entre ambas comunidades «no sólo continúen, sino que se desarrollen en un espíritu de diálogo sincero y respetuoso, fundado en un conocimiento recíproco cada vez más verdadero» que reconoce los valores comunes y respeta las diferencias «con lealtad». No faltó una mención a las «diversas experiencias comunes» de cooperación entre creyentes de ambas confesiones, a las que el Papa ya se refirió en una entrevista este verano, como ejemplo de trabajo conjunto para acabar con la intolerancia y la violencia.
En tres ocasiones se refirió al Papa a la reprocidad que deben guiar las relaciones entre ambas religiones, incluyendo una cita de Juan Pablo II en Casablanca: «El respeto y el diálogo exigen la reciprocidad en todos los campos, sobre todo en lo que afecta a las libertades fundamentales y más en particular a la libertad religiosa».
El embajador iraquí mostró su satisfacción tras el encuentro. «Está claro que ha mostrado su profundo respeto por el islam», dijo, y dio por cerrada la crisis al señalar que «ahora es el momento de dejar atrás lo ocurrido y tender puentes». Mohamed Nour Dachan, presidente de la Unión de Comunidades y Organizaciones Musulmanas de Italia, afirmó que «el encuentro de hoy es el signo de una voluntad de diálogo que no puede ser desoída». Para Jalil Altoubat, uno de los 16 miembros de la Consulta Islámica en Italia, organismo de representación de los musulmanes en el país, «este encuentro ha resuelto muchos problemas y puede poner el punto final a la controversia». «El Papa ha recordado las diferencias entre ambos credos pero ha expresado su deseo de continuar manteniendo un cordial y fructífero diálogo», glosó Mario Sciajola, asesor de la Liga Árabe en Italia. Para la organización egipcia de los Hermanos Musulmanes, sin embargo, la reunión «es otro intento de evitar la petición de perdón».
De los grandes países musulmanes, sólo faltó Arabia Saudí, sin representación ante la Santa Sede, y de los que tienen embajador, no asistió Sudán, país africano actualmente envuelto en una crisis interna.