En un mensaje a la Iglesia greco-católica de Ucrania, el Papa alaba su fidelidad, para hacer ver que no se les ha sacrificado en aras de la mejora de las relaciones con el Patriarcado de Moscú.
La situación de los greco-católicos, especialmente en Ucrania, ha sido siempre un motivo de fricción en las relaciones entre Roma y los ortodoxos del patriarcado de Moscú. La Santa Sede quiere mostrar su reconocimiento a estos católicos orientales que han permanecido unidos a Roma a pesar de las persecuciones; y, a la vez, se esfuerza por mejorar las relaciones con el patriarcado de Moscú, que no reconoce la legitimidad de estos greco-católicos (a los que llama “uniatas”) en territorios que considera exclusivos de la Ortodoxia. Este delicado equilibr…
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