El Partido Laborista británico está celebrando en estos días su congreso anual. Stephen Timms, delegado para asuntos religiosos y diputado por East Ham (este de Londres), ha realizado unas declaraciones a Christian Today sobre la actitud del partido con respecto al papel de la fe en la política.
Para Timms, el laborismo actual permite la entrada a personas creyentes “solo si dejan su fe en la puerta”; viene a decirle: “Eres bienvenido, pero no nos interesa tu fe”. “Creo que esto no es bueno. Tenemos que ser capaces de atraer a quienes tienen absolutamente claro que su identidad y el punto de partida de su acción política está en la fe”.
Según Timms, “los cristianos y los fieles de otros credos aportan unas cualidades al debate y a la práctica política de las que no podemos prescindir”, una perspectiva “que no encuentras en otro sitio”. Por eso, el laborismo “les necesita desesperadamente”. La derecha, explica, se ha apropiado de los valores: “¡Nosotros somos el partido de los valores!”.
La actitud de frialdad del partido hacia la religión puede ser reflejo de la secularización en buena parte de la sociedad. No obstante, Timms percibe también ciertos signos de signo contrario. “Si miras alrededor, encuentras cada vez más gente que encuentra en la fe cristiana las respuestas a preguntas que nadie más puede contestar. Creo que esto es un buen augurio”. Además, “si miras la cantidad de situaciones y contextos en que la Iglesia está teniendo un impacto positivo, creo que no he visto una cosa así en mi vida”.
Para Timms, algunos efectos de esta mayor influencia ya se dejan ver: “La asistencia a la iglesia está creciendo en Londres. Tengo el presentimiento de que esto va a suceder en el resto del país”.