Francia ha empezado a dar pasos para que los imanes se formen en el país (ver servicio 64/04). La meta es tener ministros del culto musulmán que sean franceses, hablen francés, tengan asumidos los valores republicanos y no prediquen mensajes extremistas. Esta es una de las prioridades en materia religiosa del Ministerio del Interior, según declaró el titular, Dominique de Villepin, a principios de abril, poco después de tomar posesión del cargo. Las otras dos son los capellanes de prisiones y la aplicación de la ley sobre signos religiosos en la escuela.
El sistema elegido deja al margen los cauces habituales. Según ha revelado el diario Le Monde (12 de mayo), el Ministerio creó, sin publicidad alguna, un comité de expertos para estudiar propuestas, que ya se ha reunido dos veces. El Ministerio ha aclarado que la iniciativa no es oficial.
El propósito, añade Le Monde, es puentear tanto al Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), interlocutor oficial del Estado, pero ineficaz -a juicio del gobierno- en lo que respecta a la formación de imanes, como a las dos únicas entidades musulmanas que tienen escuelas para ministros del culto: la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF) y la Gran Mezquita de París. Al menos, así interpreta Le Monde que solo dos miembros del CFCM hayan sido incluidos en el comité. Los otros expertos seleccionados son dos académicos franceses, un imán de la región parisina que forma parte del Consejo Europeo de la Fatwa y un delgado del Ministerio. Para no excluir del todo a la UOIF y a la Mezquita de París, el comité ha convocado, en calidad de invitados, a sendos representantes de esas instituciones.
La idea es encontrar un nuevo sistema para formar imanes. Según el comité, dice Le Monde, no sirve ninguno de los centros existentes. La Mezquita de París nunca ha logrado sacar promociones de ministros del culto titulados. Y del Instituto Europeo de Ciencias Humanas, de la UOIF, con 160 alumnos, no salen más que cinco o seis imanes al año. Además, este Instituto atraviesa graves dificultades económicas –el año pasado tuvo que despedir a cinco profesores–, pese a las donaciones que recibe del extranjero (30% de su presupuesto). Sobre todo, la UOIF no es vista con simpatía por el Estado francés: fundada por miembros de los Hermanos Musulmanes, es de tendencia un tanto radical.
El comité explora dos ideas principales: la formación continua de los ministros del culto musulmán y la creación de una facultad de teología islámica que diera un título oficial de imán. La facultad tendría que ser una institución privada, pero no podría sostenerse sin ayudas públicas, y esto plantea un problema en Francia. El obstáculo se sortearía si la facultad estuviera en Alsacia, que por haberse incorporado a la República después de la ley de separación entre Iglesia y Estado conserva su régimen concordatario. Pero los expertos han desechado la idea, para no solucionar la dificultad haciendo uso de una excepción. Creen que la facultad islámica podría recibir subvenciones estatales al igual que el Instituto Católico de París, con la misma condición: que no se usaran solo para formar ministros del culto.
Los expertos se han dado plazo hasta septiembre para presentar unas propuestas, que habrán de discutir el gobierno y el CFCM. La Mezquita de París –quizás al ver que se prepara algo sin tenerla en cuenta– ha anunciado que va a elaborar, con urgencia, un programa de formación de imanes, en común con una federación islámica francesa.
Mientras tanto, el Ministerio del Interior sigue a la caza de imanes radicales. En las dos últimas semanas ha detenido a dos contra los que había iniciado procedimientos de expulsión, por no obedecer a las limitaciones de movimientos que se les habían impuesto mientras se tramitan sus casos. Uno es un iraquí salafista, acusado de incitar al odio en sus sermones. El otro es un turco de una mezquita parisina, al que la policía considera miembro de Kaplanci, una organización extremista que propugna la restauración del califato y la acción violenta. Los centros de culto de Kaplanci en Francia, menos de una decena, fueron excluidos de las elecciones celebradas en las mezquitas para elegir al CFCM.
Francia no es el único país que vigila. El 9 de mayo, la policía italiana detuvo a un imán argelino de Florencia y cuatro supuestos discípulos tunecinos. Se les acusa de formar una célula de Ansar al-Islam, grupo relacionado con Al Qaida, que se proponía enviar a Irak terroristas suicidas, entre ellos algunos de los capturados. El imán argelino llegó a Florencia para sustituir a su predecesor, un marroquí detenido el año pasado en Italia y reclamado por Marruecos como sospechoso de estar implicado en los atentados del 16 de mayo en Casablanca.