Iglesia católica del Salvador, en Pekín (Foto: Fotokon)
Un mes después de que se renovara por dos años más, el acuerdo entre China y la Santa Sede para el nombramiento de obispos, firmado en 2018, ha sido violado con la designación de un prelado sin consentimiento del Vaticano. Esto supone un paso atrás en el laborioso proceso para asegurar que todos los obispos del país sean dignos y legítimos. También muestra que el gobierno comunista tiene la sartén por el mango.
El 24 de noviembre se celebró en Nanchang la toma de posesión, como obispo auxiliar, de Mons. Peng Weizhao, que había sido consagrado por mandato del Papa Francisco y hasta ahora no había podido ejercer su cargo legalmente. El hecho podría parecer positivo: las autoridade…
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