Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos en la década de los 80, intentó convencer a su homólogo ruso Mijaíl Gorbachov de la existencia de Dios durante unas conversaciones bilaterales que empezaron con grandes debates políticos sobre control de armas y conflictos regionales, y terminaron en un tono cercano, hablando sobre cuestiones más hondas, que interesan a todo ser humano. Reagan estaba convencido de que, a pesar de su apariencia atea, el impulsor de la perestroika albergaba ciertas creencias religiosas y no dudó en preguntarle abiertamente en un encuentro vis a vis celebrado en Moscú en 1988.
La existencia de esta reunión y su contenido, mantenido en secreto durante mucho tiempo, ha recuperado actualidad con la reedición de una obra…
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