Después de una batalla jurídica que llegó al Tribunal Constitucional, la Compañía de Jesús ha obtenido reconocimiento legal en Rusia. En septiembre de 1992 los jesuitas se habían registrado en Rusia, conforme a la ley de cultos entonces vigente. Pero, al intentar registrase de nuevo de acuerdo con la ley de libertad de conciencia y asociaciones religiosas, en vigor desde 1997, el ministro de Justicia de la Federación Rusa rechazó la inscripción en abril de 1999 (ver servicio 87/99). Como razones de su negativa, el Ministerio de Justicia mantenía que la Compañía de Jesús era una institución fundada en el extranjero, su nombre no expresaba la fe a la que pertenecía y no habían acreditado una presencia en Rusia desde más de 50 años, como exige la ley.
Las alegaciones del provincial jesuita, Stanislav Opiela, ante el Tribunal Constitucional han dado fruto, y los jesuitas han sido registrados. Pero, como informa The Catholic World Report (noviembre 2000), los problemas de los jesuitas en Rusia no han terminado: el provincial Opiela tiene denegado su permiso de residencia, y ha tenido que ser sustituido por el P. Jerzy Karpinsky, que sí tiene ese permiso, y asumió la representación de los jesuitas en el proceso judicial que ahora ha culminado con éxito.
Por otro lado, la aplicación de la ley de 1997 (ver servicio 124/98) sigue dando lugar a un clima de inseguridad y discriminaciones, como la que acaba de sufrir el Ejército de Salvación. Según informa el Washington Post (8-XII-2000), esta institución de caridad no ha sido reconocida por las autoridades judiciales de Moscú, que le han denegado la autorización para desarrollar sus actividades en la capital. La medida ha sido recurrida por el Ejército de Salvación ante el Tribunal Constitucional, que ya falló en circunstancias similares a favor del registro de los Testigos de Jehová (ver servicio 173/99).
