En un tiempo de duda y relativismo siempre habrá más escépticos. Pero es difícil negarse a aceptar la belleza. Por eso la consagración de la Sagrada Familia por Benedicto XVI, que ha permitido descubrir la belleza del templo y el esplendor de la liturgia, ha sido un ejemplo elocuente de la simbiosis entre fe y arte.
El Papa quiso destacar en su homilía que con esta obra Gaudí hizo una de las tareas más importantes del pensamiento cristiano actual: “superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza. Esto lo realizó Antoni Gaudí no con palabras sino con piedras, trazos, planos y cumbres.” Así como desde el co…
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