«Desde hace algún tiempo hay mejor clima y la situación es más fácil para los católicos en Rusia,», según declara Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, arzobispo católico de Moscú a «La Croix» (7-09-2006). Mejoran las relaciones con los ortodoxos, hay menos dificultades burocráticas para las actividades religiosas, y poco a poco se van recuperando templos que pertenecieron a los católicos.
El número estimado de católicos en Rusia es de 600.000 a 700.000, de los cuales 65.000 viven en Moscú, donde la comunidad es muy internacional. La Iglesia católica tiene registradas 225 parroquias, aunque la cuarta parte no tienen todavía lugares de culto. En Moscú, por ejemplo, para seis parroquias, solo se dispone de dos verdaderas iglesias y de una antigua discoteca reconvertida. La situación mejora lentamente y hace poco han sido restituidas algunas iglesias.
«Los tiempos han cambiado en Rusia», dice Kondrusiewicz. «Moscú se ha convertido en una ciudad tolerante». No ha habido problemas para obtener permiso para organizar procesiones, como la del pasado Corpus Christi, que reunió a un millar y medio de personas. Respecto a la concesión de visados temporales a sacerdotes extranjeros, siguen los obstáculos burocráticos, pero «la situación ha mejorado notablemente en los últimos años», reconoce Kondrusiewicz.
También ha cambiado el tipo de personas que se acercan a la Iglesia católica. «Ya no tenemos solo gente del pueblo, «matriochkas» (abuelas), sino también jóvenes, matrimonios, familias».
En las relaciones con los ortodoxos continúan los problemas, pero ha habido progresos. «Desde la visita del cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para al unidad de los cristianos, en 2004, las cosas van mejor y comienza a verse la luz al final del túnel», dice el arzobispo. Se ha creado un grupo de discusión entre el patriarcado ortodoxo y el Vaticano para abordar los problemas que subsisten.
«El próximo reto es formar sacerdotes rusos», afirma Kondrusiewicz, ya que de los 270 sacerdotes que hay en Rusia, solo el 10% son rusos. Después de ocho décadas sin ordenaciones, Kondrusiewicz ordenó a los tres primeros sacerdotes formados en Rusia en 1999. En 2006 se han ordenado tres, y el año próximo serán cinco.
Cultura ortodoxa en la escuela
Al mismo tiempo, desde la caída del comunismo, la Iglesia ortodoxa experimenta un mayor desarrollo, muchas veces con el apoyo de las autoridades. En esta línea, cinco regiones rusas han decidido hacer obligatoria en la escuela la enseñanza de la «cultura ortodoxa», después de varios años de polémica y de la oposición de otros grupos religiosos.
Esas cinco regiones son mayoritariamente ortodoxas, pero la obligatoriedad de la asignatura puede provocar conflictos en un país que cuenta con 20 millones de musulmanes.
La ley general autoriza la enseñanza de la religión como materia optativa, pero es más inconcreta en cuanto a una materia de «cultura religiosa», y las cinco regiones no necesitan la autorización de Moscú para implantarla.
El Patriarcado ortodoxo de Moscú, a preguntas de la agencia France Presse, ha contestado que «independientemente de sus orígenes, todos los ciudadanos rusos deben saber que es la Ortodoxia la que ha formado el Estado ruso». También ha explicado que a los alumnos no se les enseñarán oraciones o ritos, sino nociones más amplias sobre la historia y el arte ortodoxos.
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