En un artículo publicado por El Mundo (30-06-09), Felipe Fernández-Armesto se refiere al ritual de los bautismos civiles recientemente inaugurado por el concejal socialista de Madrid Pedro Zerolo y la actriz Cayetana Guillén Cuervo.
El historiador español califica esta práctica con el oxímoron “religión atea”, cuya única justificación es el absurdo: “Si el ateísmo es racional y la religión es superracional, el ateísmo religioso es subracional”, dice Fernández-Armesto.
El autor, por otra parte, titular de la cátedra Príncipe de Asturias de la Tufts University en Boston (Massachusetts, EEUU), se muestra sorprendido frente a la atribución ritual de la señas de la ciudadanía: “Ni un concejal ni el Estado mismo tiene el derecho de nombrar a nadie ciudadano. Declarar en un caso concreto que un individuo ha logrado ese rango es una insensatez, ya que en una democracia moderna todos lo tenemos por el mero hecho de haber nacido”.
Lejos de mirarlo como un rasgo de progreso, Fernández-Armesto descubre en la nueva liturgia de Estado un claro signo retrógrado: “Parece mentira que haya gente que desee que el Estado -que no tiene ningún valor moral- se involucre cada vez más en sus vidas íntimas. El gran logro de nuestras sociedades en los últimos 30 años ha sido que hemos podido escapar de los lazos del Estado”.
Ver el atículo completo en El Mundo.