La Comisión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española ha publicado una nota sobre la enseñanza de la moral que recuerda la responsabilidad profesional de los moralistas en la tarea docente y les anima a mantenerse fieles a la doctrina de la Iglesia. El documento está escrito con ocasión del cuarto aniversario de la encíclica Veritatis Splendor
La nota se refiere a la discrepancia entre el Magisterio de la Iglesia y algunas posiciones teológicas -defendidas también en seminarios y facultades de teología- en los últimos años. Según la nota, los teólogos han de recibir el Magisterio con respeto y obediencia, y como fuente ineludible de sus estudios. Además, recuerda la responsabilidad eclesial de «aquellos que disienten pública y, a veces, un tanto agriamente de la enseñanza del Magisterio». Esta actitud, señalan los obispos, empobrece e incluso esteriliza el trabajo teológico y lo vuelve contraproducente para la misión de la Iglesia.
La Comisión defiende el carácter interdisciplinar de la teología moral. Los moralistas han de tener presentes los resultados de las ciencias humanas, en especial de la filosofía, la ética, la antropología y la psicología. No obstante, advierte que los resultados de las demás ciencias se han de integrar de modo crítico, que no se debe confundir con el llamado «espíritu crítico» o inconformista, nacido de prejuicios personales.
Los obispos afirman que quienes desempeñan puestos docentes confiados por la Iglesia y disienten de la enseñanza del Magisterio deben reflexionar sobre las exigencias internas del trabajo teológico y sobre las exigencias éticas que su tarea comporta para ellos. Pues también hay una particular «ética para teólogos».
Además, esta reglas deontológicas son corroboradas por el compromiso adquirido por el teólogo al aceptar su oficio y al hacer la profesión de fe y el juramento de fidelidad.