El gobierno de Nepal está decidido a convertir el lugar donde nació Buda, el jardín de Lumbini, a los pies de la cordillera del Himalaya, en un punto de peregrinación internacional. Desde hace años se está construyendo un gran centro religioso -con monasterios, jardines y un gran templo- proyectado por el arquitecto japonés Kenzo Tange. Además de impulsar el budismo, este lugar atraerá a numerosos turistas.
A partir del siglo IV d. C. Lumbini empezó a despoblarse como consecuencia de epidemias de paludismo. Y hasta el siglo pasado permaneció abandonado. El plan de renovación del lugar natal de Siddharta Gautama se remonta a 1967. La idea, dice Le Monde, fue del birmano U Thant, ferviente budista que entonces era secretario general de la ONU.
En el proyecto arquitectónico, que fue culminado por Kenzo Tange en 1978, destacan, acordes con la símbología budista, los espacios de planta circular y cuadrada. Al norte, la futura villa de Lumbini, y al sur, los jardines sagrados. En la gran zona intermedia algunas naciones y comunidades budistas levantan monasterios al estilo de su país. Actualmente están trabajando en sendos monasterios obreros de Vietnam, Birmania, Japón, Corea e India. En 1989 el valor estimado de los trabajos era ya de 52 millones de dólares (6.432 millones de pesetas), que, ante la falta de recursos de Nepal, se han financiado con dinero extranjero. Cuando se culmine el proyecto habrá 28 monasterios del Mahayana («Gran canoa») y trece del Hynayana («Pequeña canoa»), así como un centro de meditación de estas dos principales tendencias budistas.
La competencia de estas corrientes budistas es causa de tensiones, pues su presencia más o menos vistosa depende casi exclusivamente de los recursos económicos. El camino del Mahayana tiene más seguidores en el Asia septentrional (China, Japón, Tibet, Corea y Mongolia), mientras que el Hinayana está más arraigado al sur (Sri Lanka, India meridional, Vietnam, Thailandia y Camboya).