Obispos contra el Papa, pero sólo en los periódicos

publicado
DURACIÓN LECTURA: 4min.

A juzgar por los titulares de algunos periódicos, da la impresión de que en las últimas semanas corren aires de fronda contra Roma entre los obispos franceses y alemanes. En Francia el caso Gaillot, en Alemania la ordenación de mujeres, serían la espoleta que habría hecho saltar un explosivo descontento contra el Papa. Pero ambos episcopados se han apresurado a desmentir estas interpretaciones, que atribuyen a manipulaciones interesadas.

En el caso alemán, los titulares de noticias de agencias decían: «Dura crítica de los obispos alemanes a la prohibición de ordenar mujeres». En el cuerpo de la noticia se hablaba de un único prelado, Karl Lehmann, obispo de Mainz y presidente de la Conferencia Episcopal alemana. Según la agencia alemana Dpa, Lehmann había hecho unas declaraciones en que criticó el rechazo de la Iglesia católica al sacerdocio femenino: tal negativa sería una «expresión de poder» equiparable a las múltiples «formas de violencia contra la mujer».

Después la agencia rectificaba (aunque algunos medios ya no recogieron el desmentido): esas palabras no eran el pensamiento del obispo, sino un clima de opinión al que él se había referido. ¿Qué había pasado? Lehmann había recibido a una delegación del Consejo Ecuménico de las Iglesias, con el que la Iglesia católica mantiene relaciones. La visita se enmarcaba en el contexto de un «Decenio de Ecumenismo-Solidaridad con las mujeres», que el Consejo ha establecido para los años 1988-1998. «El problema del ‘Poder contra las mujeres’ -ha precisado Lehmann- no lo he escogido yo, sino que es el tema mundial de este movimiento en la segunda mitad del decenio».

Como ha aclarado Lehmann, en sus palabras dirigidas a esta delegación había comentado que la idea de que el rechazo del sacerdocio femenino es una forma de violencia contra las mujeres es «una interpretación -sobre todo en círculos feministas- de una conocida línea de argumentación y de un clima de opinión». Por lo tanto, no era su parecer, sino una interpretación de otros. También ha explicado que el asunto del sacerdocio femenino no agota la cuestión de la participación de la mujer en la Iglesia, que siempre se puede ampliar. Y ha dejado claro que no existe ninguna rebelión entre el episcopado alemán: «Estamos estrechamente unidos al sucesor de Pedro y no queremos que nadie nos aventaje en esto».

Días antes era Mons. Joseph Duval, presidente de la Conferencia Episcopal francesa, quien protestaba contra la tergiversación de sus declaraciones a propósito de la destitución de Mons. Jacques Gaillot (ver servicio 10/95). Duval atribuía a la agencia France Presse el haber retorcido sus palabras, para dar la impresión de que los obispos franceses estaban a favor de Gaillot y en contra de la decisión del Papa. Duval desmentía tal impresión, aseguraba que el malestar existía sólo en algunos ambientes católicos y calificaba de ridícula la idea de un cisma de la Iglesia de Francia. «Todos los obispos de Francia están con el Papa», dijo en declaraciones a Corriere della Sera (26-I-95). Indirectamente, el propio Gaillot ha confirmado lo mismo en unas declaraciones al semanario italiano L’Espresso, al quejarse de que los obispos franceses no le hayan apoyado más y no hayan servido de «contrapeso» frente a Roma.

También Mons. Jacques Jullien, arzobispo de Rennes, ha aclarado que entre los prelados franceses «ha habido diferentes valoraciones sobre cómo afrontar el caso, pero no hablaría de divisiones propiamente dichas. Muchísimos de entre nosotros, de forma casi unánime, hemos expresado la idea de que así no se podía continuar y que las declaraciones de Mons. Gaillot sobre fe y moral sólo servían para aumentar la confusión entre los fieles». Jullien niega que la destitución de Gaillot haya sido precipitada: «La decisión vaticana no ha sido como un rayo en un cielo sereno. En Francia los obispos habíamos adoptado una línea de reserva en relación con este hermano. Un silencio que al fin podría parecer casi cómplice».

Los obispos están molestos porque tienen la impresión de que a menudo se intenta instrumentalizar sus declaraciones con el fin de presentar una Iglesia dividida, en la que los episcopados nacionales se rebelan contra el Papa. Este malestar salió a relucir con motivo de la Jornada cristiana de la comunicación, celebrada el 5 de febrero. En una entrevista en Radio-Notre-Dame, el Card. Lustiger ha criticado el enfoque con que muchas veces se aborda la información sobre asuntos religiosos en la prensa. El arzobispo de París ha lamentado «la subestimación del hecho religioso y de su impacto social», la «visión folklórica» de esta dimensión de la existencia humana y la interpretación de los hechos de la vida de la Iglesia según las «categorías políticas clásicas». También ha advertido que la «fuerza de afirmación» de la religión no puede confundirse con una «tiranía potencial».

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.