En un momento en que la Comisión Europea establece condiciones para empezar a negociar el ingreso de Turquía en la UE, no se puede olvidar el reconocimiento pleno de la libertad religiosa. Este es el mensaje de un documento publicado por los obispos católicos alemanes, al término de su reunión plenaria de otoño en Fulda.
La Conferencia Episcopal alemana hace referencia a los requisitos establecidos por el Consejo Europeo en Copenhague en 1993, a los que deben adecuarse todos los candidatos a entrar en la UE. Entre ellos, la «completa garantía de los derechos humanos», que incluyen «la plena libertad religiosa individual y corporativa».
En su declaración, los obispos alemanes recuerdan que el estatuto de candidato, reconocido a Turquía por el Consejo Europeo en Helsinki (1999), condiciona el ingreso en la UE a que garantice, junto con otros derechos fundamentales, la libertad religiosa. «Debe garantizarse -escriben los obispos- que los derechos de que gozan los musulmanes turcos en Alemania serán reconocidos, por lo menos gradualmente, también a los cristianos en Turquía».
El informe sobre Turquía del comisario europeo para la Ampliación, Günter Verheugen (noviembre de 2003), constataba violaciones de los derechos humanos, incluyendo las restricciones aplicadas a los religiosos y eclesiásticos, que carecen de personalidad jurídica, y cuyas comunidades no tienen derechos de propiedad, ni pueden recibir o dar formación religiosa.
Por eso los obispos añaden que quienes adoptan las decisiones en la UE deben «tomarse en serio los criterios que ellos mismos formularon en Copenhague». El déficit de derechos humanos y de libertad religiosa en Turquía, reconocido por la Comisión Europea en 2003, hace particularmente urgente que la UE siga contemplando «la libertad religiosa como un derecho central del hombre, y que ésta sea respetada como marca de identidad fundamental del Estado democrático de Derecho de tipo europeo».
El 98% de los 71 millones de habitantes de Turquía son musulmanes, pero sólo el 10% declara practicar su religión. Desde que Atatürk instauró la república en 1923, el ejército controla el gobierno y, por medio de él, a los 75.000 imanes musulmanes. Turquía es un Estado laico, pero según una laicidad peculiar: todos los imanes son funcionarios del Estado, que así controla la religión musulmana.
Sólo hay 100.000 cristianos en Turquía, 11.000 de ellos católicos. Entre ellos, los asirios y armenios están reconocidos como religión, y el resto pertenecen oficialmente a una «religión extranjera». Hay libertad de culto, pero sigue pendiente el reconocimiento jurídico de la Iglesia católica.
Turquía goza desde 1963 del régimen de Estado Asociado a la UE.