El pasado 23 de mayo tuvo lugar en San Petersburgo la primera ordenación sacerdotal de seminaristas rusos desde 1918. La ceremonia se desarrolló en la iglesia del seminario, en San Petersburgo, y contó con la presencia del arzobispo administrador apostólico de la Rusia Europea, Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, y del prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, Card. Achille Silvestrini.
Los nuevos sacerdotes -de rito latino- son tres, dos nacidos en Rusia y uno en Estonia; todos estudiaron en el Seminario Mayor Reina de los Apóstoles, en San Petersburgo.
El seminario, fundado en 1877, fue confiscado por los comunistas en 1917 para utilizarlo como hospital militar. La iglesia sólo ha podido recuperar el piso superior del complejo arquitectónico, que fue devuelto a su función originaria en 1993. En ese momento, el seminario contaba con 12 estudiantes. En la actualidad, según el Vatican Information Service, el número ha ascendido a 48.
Para Mons. Kondrusiewicz, la ordenación de los tres primeros sacerdotes rusos supone un hecho fundamental, pues «una Iglesia debe, tarde o temprano, sostenerse con sus propios medios». Hoy, la mayoría del clero presente en Rusia es extranjero. Actualmente residen en el país 125 sacerdotes y 132 religiosos. Según datos oficiales, en Rusia hay 300.000 católicos; pero el número real es mayor, quizá cercano a un millón. La mayoría de los católicos de la Federación Rusa son de origen polaco o lituano. Próximamente serán ordenados sacerdotes otros dos alumnos del seminario de San Petersburgo, si bien no en Rusia, sino en sus lugares de origen, Varsovia y Kazajstán, respectivamente.