El breve anticipo que dio L’Osservatore Romano del próximo libro-entrevista de Peter Seewald con Benedicto XVI trata una docena larga de temas: la tolerancia, los abusos de menores por parte de clérigos, el islam, la mujer, la naturaleza de la Iglesia… Pero todos los comentarios se han centrado en un pasaje donde el Papa dice que en algún caso usar el preservativo podría ser mejor que no usarlo. Algunos han interpretado que con esto cambia la postura de la Iglesia. Como se puede ver en el texto original, del que ofrecemos una traducción, Benedicto XVI no da una norma general, sino que se refiere a un caso muy particular.
El libro en cuestión es Luz del mundo (original alemán: Licht der Welt), que saldrá el 24 de noviembre en varios idiomas simultáneamente. El coautor es Peter Seewald, que antes hizo otros dos libros-entrevista con Joseph Ratzinger: La sal de la tierra (1996) y Dios y el mundo (2000).
El pasaje sobre el preservativo dice primero que el preservativo por sí solo no es la solución del problema del sida:
“Ha surgido, justamente en el ámbito secular, la llamada teoría ABC, que significa: ‘Abstinence – Be faithful – Condom’, en la que no se entiende el preservativo solo como vía de escape cuando los otros dos puntos no resultan efectivos. Es decir, la mera fijación en el preservativo supone trivializar la sexualidad, y esta trivialización es precisamente el origen de que tantas personas no encuentren ya en la sexualidad la expresión del amor, sino sólo una especie de droga, que se administran a sí mismas. Por eso, la lucha contra la trivialización de la sexualidad forma parte de la lucha por que la sexualidad sea valorada positivamente y pueda ejercer su acción positiva en la totalidad del ser humano”.
A continuación, Benedicto XVI que el preservativo podría ser un primer paso en el buen camino cuando se usa en un ámbito como el de la prostitución masculina:
“Puede haber casos aislados en que esté justificado, por ejemplo, cuando un prostituto utiliza un preservativo, lo que puede ser un primer acto de moralización, un primer acto de responsabilidad para desarrollar de nuevo la conciencia de que no todo está permitido y de que no se puede hacer todo lo que se quiere. Sin embargo, este no es el auténtico modo de abordar la infección por VIH. Tal modo ha de consistir realmente en la humanización de la sexualidad”.
Seewald pregunta a continuación: “¿Significa esto que la Iglesia no está por principio en contra de la utilización de preservativos?”. El Papa contesta:
“Desde luego, la Iglesia no los considera una solución auténtica y ética. Pero en algún caso pueden ser, en la intención de reducir el riesgo de infección, un primer paso en un camino hacia otra manera, más humana, de vivir la sexualidad”.
Conviene advertir que la versión italiana publicada por L’Osservatore Romano (1) dice “prostituta”, pero el original alemán trae el término en masculino y por tanto se refiere a un hombre, a un prostituto (cfr. definición del D.R.A.E.).
No hay gran novedad
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, hizo pública una declaración (2) en que hace algunas precisiones sobre esas palabras del Papa:
“Al final del capítulo 11 del libro Luz del mundo, el Papa responde a dos preguntas sobre la lucha contra el sida y el uso del preservativo, preguntas que remiten a la polémica surgida a raíz de algunas palabras sobre ese tema pronunciadas por el Papa durante su viaje a África en 2009.
”El Papa reitera claramente que en aquella ocasión no pretendió tomar postura sobre el problema de los preservativos en general, pero quería afirmar con fuerza que el problema del sida no se puede resolver con la sola distribución de preservativos, porque hace falta mucho más: prevenir, educar, ayudar, aconsejar, estar cerca de las personas, tanto para que no contraigan la enfermedad, como en el caso de que la hayan contraído.
”El Papa observa que también en el ámbito no eclesial se ha desarrollado una conciencia análoga, como se ve en la llamada teoría ABC (Abstinence, Be faithful, Condom), en la que los dos primeros elementos (abstinencia y fidelidad) son mucho más determinantes y fundamentales para luchar contra el sida, mientras que el preservativo aparece en último lugar como el recurso que queda cuando faltan los otros dos. Por tanto debe quedar claro que el preservativo no es la solución del problema.
”Después, el Papa extiende la mirada e insiste en que centrarse solo en el preservativo equivales a trivializar la sexualidad, que pierde su significado como expresión de amor entre personas y se convierte en una especie de ‘droga’. Luchar contra la trivialización de la sexualidad es ‘parte de la lucha por que la sexualidad sea valorada positivamente y pueda ejercer su acción positiva en la totalidad del ser humano’.
”A la luz de esta visión amplia y profunda de la sexualidad humana y de su problemática actual, el Papa reafirma que ‘desde luego, la Iglesia no los considera una solución auténtica y ética’ al problema del sida.
”Con esto el Papa no reforma ni cambia la enseñanza de la Iglesia, sino la corrobora poniéndose en la perspectiva del valor y de la dignidad de la sexualidad humana, como expresión de amor y responsabilidad.
”Al mismo tiempo, el Papa considera una situación excepcional en que el ejercicio de la sexualidad representa un verdadero riesgo par la vida del otro. En ese caso, el Papa no justifica moralmente el ejercicio desordenado de la sexualidad, pero considera que la utilización del preservativo para disminuir el peligro de contagio puede ser ‘un primer acto de responsabilidad’, ‘un primer paso en un camino hacia otra manera, más humana, de vivir la sexualidad’, preferible a no utilizarlo y poner así en peligro la vida del otro.
”En este sentido, el razonamiento del Papa no puede ciertamente calificado como un cambio revolucionario.
”Numerosos teólogos morales y autorizadas personalidades eclesiásticas han sostenido y sostienen posturas análogas; pero es cierto que hasta ahora no las habíamos oído con tanta claridad en boca de un Papa, aunque de forma coloquial, no magisterial.
”Así pues, Benedicto XVI nos da audazmente una aportación importante para iluminar y profundizar en una cuestión largamente debatida. Es una aportación original, porque por una parte se atiene con fidelidad a los principios morales y por otra muestra lucidez al rebatir una salida ilusoria como la ‘confianza en el preservativo’; por otra manifiesta a la vez una mirada comprensiva y prudente, atenta a descubrir los pequeños pasos -aun solo iniciales y aún inseguros- de una humanidad menudo espiritual y culturalmente muy pobre hacia un ejercicio más humano y responsable de la sexualidad”.
Otro extracto del libro, en este caso de un capítulo en que Benecito XVI habla sobre la misión del Papa y su propia elección al pontificado, ha sido publicado en italiano por Avvenire (22-11-2010).
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NOTAS
(1) L’Osservatore Romano, 20-11-2010 (enlace comprobado por última vez el 22-11-2010 a las 16.30 GMT; puede caducar más tarde); textos reproducidos en Zenit, 21-11-2010.
(2) Nota del 21-11-2010.