El 21 de diciembre, el ex primer ministro británico Tony Blair fue recibido en la Iglesia católica por el cardenal primado Cormac Murphy-O’Connor, arzobispo de Westminster.
El hecho tiene lugar en un momento en que por primera vez desde el cisma anglicano el número de fieles católicos que asisten a la misa dominical en Reino Unido supera al número de fieles anglicanos que acuden a su servicio religioso los domingos, según los datos de Christian Research. La afluencia de fieles de ambas confesiones a los templos ha descendido progresivamente desde hace años, aunque la llegada de decenas de miles de polacos al Reino Unido ha frenado la caída del lado católico.
La conversión de Tony Blair ha llenado de comentarios la prensa británica. Se dice que -junto con el caso de la duquesa de Kent, en 1994- es la conversión al catolicismo del personaje inglés más notorio desde John Henry Newman, en 1845. Blair, como Newman, estudió en Oxford, y allí sintió un mayor interés por la religión. Su posterior relación con la católica Cherie Booth, hoy su mujer, no hizo sino ahondarlo. Sus cuatro hijos son católicos y Blair asistía asiduamente a misa desde hace años. El proceso de conversión que ahora culmina empezó hace tres décadas.
No han faltado comentarios en la prensa inglesa, incluso por parte de católicos, que recusan la conversión de Blair por la posición mantenida por sus gobiernos en temas como el aborto o la investigación con embriones. La guerra de Irak es mencionada también en esos términos. Desde Westminster recuerdan que lo que Tony Blair hizo antes de su conversión no impide esta.
El padre Timothy Russ, que ha acompañado a Blair durante su proceso de acercamiento a la Iglesia católica, ha salido en su defensa: “Aconsejaría a los críticos -ha dicho- que esperen y vean la clase de hombre que será, y cómo puede ayudar a nuestra causa”.
El ingreso de Blair en la Iglesia católica ha provocado a su vez una nueva reflexión sobre la norma legal británica que impide un monarca católico o con cónyuge católico. Desde 1688 no ha habido en Inglaterra un primer ministro católico.