Naciones Unidas
Por resolución adoptada el 1 de julio, la Asamblea General de la ONU ha decidido dar a la representación de la Santa Sede los mismos derechos y privilegios de que gozan los otros observadores. La Santa Sede tenía estatuto de observador permanente, pero con facultades limitadas. A partir de ahora, podrá participar en los trabajos de la Asamblea sin intermediarios: no tendrá que pedir permiso para intervenir en los debates, tendrá derecho de réplica y podrá proponer documentos y presentar cuestiones de procedimiento. Como todos los observadores, seguirá sin tener voto en la Asamblea.