Tras largas décadas de ateísmo oficial bajo el comunismo, los medios de comunicación en Rusia empiezan a prestar cada vez más atención a la Iglesia ortodoxa.
Tras largas décadas de ateísmo oficial bajo el comunismo, los medios de comunicación en Rusia empiezan a prestar cada vez más atención a la Iglesia ortodoxa. Esto se ha hecho patente con motivo de la muerte de Alexis II, patriarca de Moscú, el pasado 5 de diciembre. Ese día, los informativos estuvieron copados por imágenes del funeral. Durante la semana siguiente, amplios documentales ilustraron la labor del jerarca fallecido.
El interés de los medios por la Iglesia ortodoxa surgió con fuerza hacia 1990, cuando se acabó la persecución religiosa. Desde entonces se ha multiplicado el número de periódicos, revistas y páginas web de temática religiosa. Hoy hay unas 500 publicaciones impresas relacionadas con la Iglesia ortodoxa rusa; en ellas trabajan 10.000 periodistas. También hay 3.500 páginas web promovidas por la Iglesia.
A Sergei Chapnin, editor del periódico oficial del patriarca de Moscú, le tocó organizar el primer congreso sobre medios de comunicación de la Iglesia ortodoxa rusa. Durante los preparativos, Chapnin recibió la visita de un funcionario del gobierno al que no le gustaba la convocatoria de ese acto. Chapnin le tranquilizó diciendo que no habría más de 50 asistentes. Para sorpresa de todos, al festival asistieron 400 periodistas.
No obstante, algunos observan con cautela este resurgir de la prensa religiosa en Rusia. Vladimir Legoyda, editor de la revista ortodoxa de más tirada, reconoce que ahora es la prensa nacional la que presta atención a los periódicos confesionales. Sin embargo, dice, es preciso ser realistas: “Entiendo que la sociedad no puede cambiar con tanta rapidez”.
También asiste con recelo a esta tendencia Yulia Danilova, editora de Neskuchny Sad. A su juicio, algunos quieren reducir la religión ortodoxa a un mero estilo de vida. De ahí la proliferación de reportajes sobre famosos que se acercan a la Iglesia ortodoxa. De hecho, en los últimos meses, se ha empezado a hablar de un Orthodox glamour.