El cristianismo se expande por la enorme y multicultural India. Los nacionalistas, arropados con una ideología de fundamentalismo hinduista, no parecen dispuestos a aceptarlo. La formación Bharatiya Janata Party (BJP) es la principal representación política de esa corriente. Actualmente en la oposición del Congreso Nacional, gobierna en alguno de los estados indios y cuenta con una lista negra de minorías religiosas en la que los cristianos ocupan el primer puesto.
El último ataque político contra los cristianos ha sido la aprobación de una ley «anti-conversiones» mientras terminaba el año y casi de tapadillo, durante la celebración de la Navidad. La Ley de Libertad de Religión del estado de Himachal Pradesh, contra lo que su nombre indica, pretende ponérselo difícil a las minorías religiosas.
Esta y otras leyes semejantes se basan en la acusación de que los cristianos realizan conversiones forzadas, sobornando incluso a los fieles de otras religiones. Acusación que ha sido rechazada por los representantes cristianos, que recuerdan que llevan trabajando durante mucho tiempo en favor de los indios y nunca habían recibido reproches de ese tipo.
El ministro de Justicia del estado afirma que esta medida logrará que «si alguno es obligado a cambiar su religión sin consentimiento, tendrá un mes para echarse atrás». El hecho es que bajo la nueva ley podrá castigarse a quienes conviertan forzosamente a la gente, con penas de hasta dos años de prisión y 25.000 rupias de multa. Pero como no quedan nítidamente definidas las condiciones para que un conversión se considere forzada, la ley es sobre todo un instrumento disuasorio para quien piense cambiar de religión. La ley espera la firma del gobernador de este estado donde viven 8.000 cristianos de un total de más de 6 millones de habitantes.
Con este ya son seis los estados donde se han aprobado leyes semejantes. En otro más la ley fue aprobada y revocada por un nuevo gobernador. Lo más singular de la aprobación en Himachal Pradesh es que sucede por vez primera en un estado donde manda el Partido del Congreso, gobernante del país, aunque la ley fue una propuesta del BJP. Y eso, a pesar de que Sonia Gandhi, presidenta del Congreso Nacional de la India y líder del Partido del Congreso, había asegurado a la Unión de Católicos de la India que los miembros de su formación tenían órdenes para rechazar cualquier iniciativa legislativa de esa índole.
Estas leyes son causa y consecuencia de agresiones contra los cristianos. Los ataques a monjas y sacerdotes en estados como Madhya Pradesh y Orissa fueron seguidos por la aprobación de leyes de este tipo. El arzobispo Stanislaus Fernandes ya dijo que «además de la ley, es preocupante que el ministerio social de la Iglesia sea escrutado y observado con semejante sospecha». Los representantes cristianos consideran que actuaciones políticas semejantes sirven para ignorar los problemas acuciantes del día a día y para alentar una persecución contra las minorías religiosas, y especialmente contra los cristianos, que se ha intensificado recientemente.
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