El parlamento de Sri Lanka discutirá dos proyectos de ley para castigar a quienes facilitan la conversión religiosa con «medios fraudulentos». Uno es la llamada «ley anti-conversión»; y otro, la ley para «protección de la libertad religiosa».
La ley anti-conversión ha sido presentada por un partido fundado por monjes budistas, el Jathika Hela Urumaya (JHU). El texto prevé que todo individuo informe de su conversión a las autoridades locales en un período establecido, con la prohibición de que nadie convierta a otro ni lo intente «con la fuerza o medios fraudulentos».
Por infringir estas normas, la ley prevé penas de cinco años de cárcel o multa equivalente a 1.500 dólares. La condena se eleva a siete años de prisión y a una multa de 5.000 dólares si los convertidos pertenecen a «categorías de mayor riesgo», es decir, mujeres, niños, personas discapacitadas, estudiantes, refugiados e incluso miembros del ejército o de la policía.
Propuesta en julio de 2004, la Corte Suprema consideró anticonstitucional dos de sus artículos el pasado mes de agosto, habida cuenta de que la Constitución reconoce el derecho fundamental de todos los ciudadanos a la libertad de conciencia y de religión. Pero ahora el JHU ha vuelto a presentarla al Parlamento. Con una población de casi 20 millones de habitantes, en Sri Lanka el 70% es budista, el 15% hinduista, el 8% cristiana (de ésta, el 6,7% es católica) y el 7% es musulmana.
La segunda ley para «proteger la libertad religiosa» ha sido propuesta por el ministro para los Asuntos Budistas, Ratnasiri Wickremanayake. Esta norma va más lejos que la otra, y se orienta a prohibir todo tipo de conversión, con penas de siete años de cárcel y fuertes multas. Además, prevé un sistema judicial separado, controlado por monjes budistas -el «Sanghadhikarana»-, que juzgaría las causas presentadas por los habitantes de los pueblos, sin haber pasado por la policía o los tribunales estatales.
El motivo de estas leyes, según declaraciones del presidente de los obispos católicos de Sri Lanka a la agencia Asia News, está en la proliferación de grupos fundamentalistas protestantes en los últimos treinta años: «para aumentar sus filas usan métodos que suscitan dudas» y «han irritado a la mayoría de la población, que es budista». Debido a esto, «en oposición al fundamentalismo cristiano, ha crecido el fundamentalismo budista; actualmente, grupos extremistas budistas acusan a los cristianos en general, a todos los cristianos, de hacer proselitismo y de convertir a las personas con medios ilícitos».
El hecho es que a través de esta ley, el gobierno intenta ganar el favor de la mayoría budista. «No se sabe la fecha en la que el proyecto se votará -afirma el prelado católico-, pero aunque el presidente ha dejado libertad de conciencia, el voto en el Parlamento es manifiesto, así que es altamente probable que sea aprobado».
Rafael de los Ríos