Se acaba de traducir al castellano el libro de Magdi Allam Vencer el miedo. (Encuentro, 222 págs.), publicado en Italia en 2005. El periodista italiano se expresa sobre algunos puntos discutidos.
El islam no es monolítico
Como ciudadano italiano, musulmán y laico, no puedo eximirme de lanzar una vibrante llamada para que no se meta todo en el mismo saco, no se generalice, no se imaginen al islam y a los musulmanes como un bloque monolítico, integrista, inmutable. En el plano de la seguridad sería loco y contraproducente culpar a todos los musulmanes por los crímenes cometidos durante 1.400 años de historia o por los actuales, que solo manchan a una ínfima minoría. En el plano del fanatismo religioso hay que individualizar y circunscribir la actividad nefasta que llevan a cabo algunas mezquitas y algunos predicadores del odio. En el plano teológico, una cosa es la interpretación del Corán y otra querer deducir del integrismo lo que sería la realidad de los musulmanes.
El islam en Occidente
La fotografía del islam actual en Occidente es más que preocupante. Es alarmante. Los integristas y los extremistas que reciben órdenes de confraternidades, movimientos y grupos enrocados en los países islámicos han conseguido monopolizar la mayoría de las mezquitas, de los lugares de culto, de las escuelas coránicas, de las asociaciones caritativas, de las empresas comerciales de cuño religioso y de las entidades financieras islámicas. (…) A veces han llegado incluso a imponerse como los interlocutores oficiales musulmanes en las relaciones con el Estado.
Qué pueden hacer los gobiernos occidentales
El proceso debe engendrar un “islam de Occidente”, es decir, que hable las lenguas autóctonas, que sea totalmente compatible con los valores de la sociedad y las leyes del Estado. Occidente no debe perpetuar el error cometido por los que, como Holanda y Gran Bretaña, han experimentado con resultados fallidos la ideología del multiculturalismo centrada en el relativismo y en el laissez faire religioso y cultural.
Benedicto XVI, contra el miedo
Benedicto XVI gusta porque se presenta como el hombre de las certezas, el hombre que quiere derrotar el miedo. (…) Es asombroso que el Papa, el hombre que encarna el dogma de la fe católica, se atreva a convertirse en un punto firme de referencia de los que, incluso entre los no católicos, tienen sed de certezas y que hoy se reencuentran en la misma trinchera de la Iglesia para combatir el relativismo cultural, el nihilismo y el terrorismo islámico.
Reforma en el corazón del mundo musulmán
Por primera vez se elevan voces valientes no solo contra este terrorismo que ve cómo unos musulmanes masacran a otros musulmanes, sino contra el terrorismo tout court. Se critica abiertamente la hipocresía según la cual habría que atribuir a Israel y a América la responsabilidad de todos los males del islam. Se denuncia de modo inequívoco la corrupción que anida en la mente y en el corazón de los insensatos que practican o apoyan el terrorismo. Se rechaza de modo categórico la tesis del choque de civilizaciones, instando a la afirmación de una cultura del diálogo, de la tolerancia y de la convivencia pacífica. Todo esto está ocurriendo en el interior mismo del mundo árabe, en los medios de comunicación árabes, en lengua árabe, en beneficio de la opinión pública árabe. Es cierto que son todavía voces aisladas.
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