En las últimas semanas se han producido algunos ataques de integristas musulmanes contra cristianos en Egipto, Pakistán y Filipinas.
En Egipto, diez jóvenes coptos fueron asesinados mientras participaban en una reunión semanal en la iglesia de un pueblo a unos 250 kilómetros al sur de El Cairo. Los terroristas irrumpieron en la reunión y acribillaron a la gente.
Como consecuencia de este y otros ataques integristas, muchas familias coptas han emigrado de la región del Alto Egipto. También porque pesan sobre ellas las amenazas de muerte de los integristas por su negativa a pagar un impuesto revolucionario.
También en Pakistán se ha dejado notar en los últimos días la violencia integrista. Según informa The Daily Telegraph (17-II-97), una multitud de musulmanes -estimada por las autoridades en unas 30.000 personas- arrasó el barrio cristiano de la ciudad de Khanewal, al noreste del país.
Este ataque ha afectado a unas 9.000 personas, un cuarto de la población de Khanewal. Se trata del mayor acto de violencia contra los cristianos registrado en Pakistán en los últimos cincuenta años. La comunidad cristiana de Pakistán está formada por unos tres millones de personas, un 2,4% de la población del país.
Por otra parte, en Filipinas fue asesinado Benjamín de Jesús, de 56 años, obispo de Jolo, una ciudad de mayoría musulmana en la isla del mismo nombre, al este de Mindanao. El prelado fue tiroteado por dos personas, pero aún se desconocen las identidades y el motivo del atentado. La isla está controlada por grupos de rebeldes musulmanes que han seguido cometiendo atentados incluso después de la firma de paz entre el gobierno y el Frente Moro de Liberación Nacional, principal grupo musulmán de oposición.