Director: Richard Donner. Guión: Richard Wenk. Intérpretes: Bruce Willis, Mos Def, David Morse, Jenna Stern, Casey Sander. 105 min. Jóvenes. (V)
Un policía en crisis, alcohólico y tripudo, recibe el encargo de trasladar a los juzgados a un testigo protegido: un chico que quiere ser pastelero y padece una severísima incontinencia verbal. Le dicen al poli que no se queje porque solo hay 16 manzanas entre la comisaría y el tribunal. Vaya si tendrá motivos para quejarse…
El veterano director neoyorquino Richard Donner vuelve a la línea de otras de sus películas como «Arma Letal», «Asesinos» o «Conspiración». Entretenida película de género, una «buddy movie» con media pirueta. La película se rodó en Toronto y Manhattan, con oficio, estilo setentero y un presupuesto ajustado. Tiene acción, momentos divertidos, buenos sentimientos (con excesos en el desenlace y más aún en la parte que se desarrolla en un autobús), y no se les va la mano en la violencia.
Bruce Willis repite un personaje que nos sabemos de memoria, pero lo hace bastante bien y las caras que pone cuando está harto de tanta perorata del chico son un verdadero poema. Mos Def («The Italian Job»), cantante de hip-hop metido a actor, tiene momentos patéticos -bastantes- y algunos hilarantes -dos o tres, pero muy buenos-. David Morse (el inolvidable policía de «Bailar en la oscuridad») está tan sobrio y efectivo como casi siempre, aunque un poco rutinario a la vista de que la historia no permite demasiados dibujos. Sobran minutos y el guión tiene agujeros, pero es un buen producto para pasar el rato.
Alberto Fijo