El argumento de esta película no es demasiado prometedor. Dave (Dave Johns) y Fern (Alison Steadman) coinciden a diario con sus perros en un parque londinense y a lo largo de 23 paseos se fragua un romance entre los dos maduros desconocidos.
Para ser honestos, la película empieza terriblemente mal y se mantiene en esa misma línea durante un buen trecho de las 23 caminatas. El efecto es de telefilm televisivo, demasiado azúcar y demasiada facilonería. Sin embargo, pasada la mitad del metraje, cuando conocemos las problemáticas vitales de los dos personajes, la historia se torna más verosímil. En esa última parte se explora con acierto el día a día de muchas personas en la vejez: la soledad, la decepción por el pasado, la culpa, la necesidad de afecto, las decisiones duras que se han de tomar, etc. A pesar de que el romance se torna en drama, se mantiene el tono amable y esperanzado. Las interpretaciones de la pareja protagonista son quizá lo más relevante de esta cinta.
