Ópera prima de un realizador cordobés de 34 años que se inscribe en una cada vez más sólida tendencia del cine español -largamente demandada por los críticos- de películas de género capaces de atraer a un público amplio tanto dentro como fuera del país. El ejemplo más claro es la reciente El orfanato, también una ópera prima.
3 días ha triunfado en el principal festival dedicado al cine español, el de Málaga, donde obtuvo los premios a mejor película, al guionista novel, a la actriz de reparto (Mariana Cordero) y al maquillaje. Los productores son Antonio Pérez (Solas, Fugitivas) y el actor Antonio Banderas.
La idea de contar cómo se vive en un pueblo extremeño el inminente fin del mundo por la llegada de un meteorito es muy buena, y la cinta está rodada con estilo y aplomo. Pero al director se le va la mano en el negrísimo tono de la amarga cinta y en algunos extremos de innecesaria crudeza, que la convierten en un áspero thriller para adultos con estómago blindado. No termina de entenderse tampoco el ambiente de miseria y churretes, a todas luces excesivo.
Estoy seguro de que el padre de la historia, el guionista sevillano Juan Velarde, no buscaba algo tan fatalista y amargo. Tiempo tendrá de hacer otras cosas más esperanzadoras.