El director de cine de acción ruso Timur Bekmambetov (Guardianes de la noche, Wanted) lleva a la pantalla una novela de un novelista norteamericano que antes había escrito algo titulado Sentido y sensibilidad y zombies…
La idea es lograr un entretenimiento efectivo, y hay cierto ingenio en un guion que, a su manera, no se entrega a la parodia y prefiere meter vampiros en la reconocible trayectoria de Abraham Lincoln, con delicadeza y sin irreverencias. La remezcla de tradiciones narrativas, mitos y leyendas no es nada del otro mundo pero se deja ver.
Bien interpretada, sin pretensiones, espectacular, la película pensada para público juvenil aficionado al cine de acción y al asunto vampírico, funciona mejor de lo que cabría esperar.